Tres horas de reunión de la CUP certificaron finalmente el veto a los Presupuestos del Govern de Junts pel Sí y dejaron la legislatura en la picota. A las 23 horas, los antisistema consumaron finalmente su rechazo a las cuentas de la Generalitat y abrieron de esta forma una crisis de consecuencias imprevisibles. El proceso soberanista queda gravemente herido, ya que no podrán materializarse las nuevas estructuras de Estado, mientras que la legislatura podría concluir precipitadamente. Junts pel Sí interpreta que la CUP no ha sido fiel al pacto de estabilidad firmado al principio del mandato y, por tanto, deberá estudiar ahora si opta por un cambio de socios o si no tiene otro remedio que deslizarse hacia unas nuevas elecciones. La crisis es de una gran envergadura y obligará a todas las partes a posicionarse ante un escenario de enorme zozobra.
Horas antes de que el Consejo Político de la CUP (CP) y el Grupo de Acción Parlamentaria (GAP) abordaran la reunión para decidir si mantienen o no la enmienda a la totalidad de los Presupuestos de la Generalitat, la portavoz del Gobierno catalán, Neus Munté, avisó de que dará por roto el pacto con los anticapitalistas si no permite negociar las cuentas en sede parlamentaria. Munté entiende que la estabilidad parlamentaria se garantiza con los presupuestos. Dicho de otro modo, «si pudiéramos definir “estabilidad parlamentaria” el concepto sería “Presupuestos”», añadió.
El problema es que en el momento de cerrar el pacto, la CUP y Junts pel Sí se olvidaron de definir qué entienden por estabilidad. La formación anticapitalista, desde el minuto uno, siempre ha intentado desvincular el pacto de estabilidad con el apoyo a los Presupuestos. Incluso defienden que si presentan la enmienda a la totalidad, el pacto sigue vigente. Ignoran el punto número uno del acuerdo que insta a la CUP a «no votar en ningún caso en el mismo sentido que los grupos parlamentarios contrarios al proceso y/o al derecho a decidir cuando esté en riesgo la mencionada estabilidad». Si esta noche deciden no levantar el veto a los presupuestos, hoy la CUP votará junto al Partido Popular, Ciudadanos, PSC y Catalunya Sí que es Pot, o sea, la oposición.
El miembro del secretariado nacional de la CUP Xevi Generó, antes de entrar en la reunión del CP y el GAP, insistió en que «pase lo que pase, el proceso seguirá adelante». También subrayó que la formación antisistema sólo se siente ligada a la declaración de ruptura del 9-N, que está anulada por el Tribunal Constitucional. Ni una palabra del acuerdo de estabilidad que empujó a Artur Mas a dar un paso hacia un lado.
Las palabras de Generó dan a entender que las advertencias, ruegos y argumentos que desde CDC, ERC y el Govern han lanzado esta última semana para convencer a los antisistema de que retiraran la enmienda a la totalidad no influyeron demasiado en los cuperos. El propio Puigdemont aparcó su prudencia habitual y arremetió duramente contra ellos después de que anunciaran que mantenían su enmienda a la totalidad del proyecto de presupuestos, pese a las cesiones que el Govern hizo el jueves. El president de la Generalitat acusó a los anticapitalistas de «destructores» por «desgarrar» el proceso soberanista con su veto a las cuentas.
Con un tono siempre conciliador, que es el papel que juega ERC entre CDC y la CUP, Oriol Junqueras avisó de que no aprobar los Presupuestos de 2016 implica dejar de invertir 1.100 millones, de los cuales 870 millones son para políticas sociales. Con esta reflexión, el conseller de Economía pretendía cargar sobre los hombros de la CUP las consecuencias de mantener los Presupuestos prorrogados. Mientras Junqueras ha avisado estos días de que si no hay Presupuestos nuevos, prorrogará las cuentas y se pondrá a trabajar en los números de 2017, Munté admitió que el Gobierno se enfrentaría a un escenario «incierto». Ninguno de los dos quiere ni oír hablar de retirar los Presupuestos. Junqueras además, rechaza avanzar elecciones, pero Munté alertó de que si la CUP mantiene la enmienda a la totalidad de los Presupuestos, «el pacto de estabilidad se habrá incumplido». ¿Y sin acuerdo de estabilidad el gobierno puede acabar la legislatura? La idea de presentar un enmienda a la totalidad de los Presupuestos no sólo ha tensado la relación entre los socios de Junts pel Sí, también ha reabierto la herida del debate de investidura, cuando asombrosamente empataron en la votación para decidir si aceptaban a Mas como president de la Generalitat. Los anticapitalistas andan divididos entre los que priorizan el proceso soberanista y los que prefieren deshacerse de CDC y forjar un Gobierno de izquierdas ahora que el tándem Iglesias-Colau va viento en popa. La reunión de ayer, que acababa a medianoche, dirá.