La iglesia catalana cedió durante las sagradas misas sus espacios para que la gente pudiera votar durante el golpe de estado en el referéndum catalán.
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Una de las iglesias de Vila-rodona, un pueblo de la comarca de Alt Camp en Tarragona, fue el escenario para el recuento de votos el pasado domingo 1 de octubre de 2017, mientras el párroco ofrecía la Santa Misa.
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El escrutinio transcurría con total tranquilidad a la vez que los feligreses oraban y cantaban durante el oficio.
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Sobre el altar, el sacerdote celebraba la Santa Misa, mientras a su lado varios separatistas ordenaban y contabilizaban las papeletas del referéndum ilegal sobre una mesa al lado del Altar.