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Casado, Abascal y Arrimadas plantan cara a un Sánchez que se deja humillar por Rufián
Tras semanas de negociaciones que han culminado en el anuncio de una consulta ciudadana sobre la que sólo los ciudadanos catalanes opinarán sobre el pacto PSOE/ERC, el candidato a la investidura, Pedro Sánchez, ha comenzado provocando a las fuerzas del centro derecha, PP y Ciudadanos: «No se va a romper España, no se va a romper la Constitución, sólo se va a romper el bloqueo», ha solemnizando previo a una enorme ovación de PSOE y Podemos cuyas bancadas se han puesto de pie con pompa y ceremonia.
Referencias al PP y Ciudadanos con cierto tono de sorna y mofa por lo que el Gobierno considera una «teatralización» tras el pacto con ERC y a quienes ha manifestado su «pesar» por haberse negado a participar en la gobernabilidad de España. «no comparto sus terrores», les ha dicho con sorna, «pero si querían evitarlo, ¿por qué no intentaron impedirlo?» absteniéndose en lugar de ERC.
Pedro Sánchez ha sacado pecho del PSOE: «es un partido español, formado por compatriotas. Lo repito, un partido español, formado por compatriotas. Se equivocan muy gravemente quienes ponen en duda el compromiso de la izquierda con España . Les pido el mismo respeto que piden de nosotros». Y, acto seguido, ha entrado en materia, Cataluña, dejando el principal titular del ideario de Pedro Sánchez: «la Ley por sí sola no basta. La Ley es la condición, el diálogo es el camino». El presidente del Gobierno en funciones ha arrancado una sonoro aplauso de las bancada de izquierdas al pedir «dejar atrás la vía judicial» un día después de la decisión de la Junta Electoral Central sobre la inhabilitación de Quim Torra.
Casado: «Ahora solo importa España y España no se va a rendir»
Con tono severo y gesto serio, Pablo Casado ha subido a la tribuna del Congreso de los Diputados en la primera sesión de la investidura. Sin tapujos, el presidente del Partido Popular se ha dirigido a Pedro Sánchez: «No le voy a preguntar cuándo se jodió el Perú, le voy a preguntar cuándo se jodió el socialismo constitucional», afirmaba parafraseando a Vargas Llosa.
Con un discurso que evocaba el tono utilizado por Casado antes a las elecciones del 28 de abril, el líder del PP ha encadenado críticas a los pactos de Pedro Sánchez con podemitas, separatistas y nacionalistas, pero también ha querido mandar un mensaje de esperanza: «Haremos todo lo que esté en nuestra mano para que el tiempo de pesadilla en el que ha decidido sumirnos Sánchez sea breve y haga el menor daño posible. Se ha colocado en el lado equivocado de la Historia pero no podrá arrastrarnos con usted, ni a nosotros ni a España», ha asegurado un Casado que también ha sentenciado «ahora solo importa España y España no se va a rendir».
Abascal: «Esta investidura es una emboscada a la Constitución»
«Quim Torra debe ser detenido». De esta forma comenzaba su discurso el presidente de Vox, Santiago Abascal, en la primera sesión del Pleno de investidura de Pedro Sánchez que concluirá, previsiblemente, con su elección como presidente del Gobierno el próximo 7 de enero. Una investidura que Abascal ha definido como «clandestina», una «traición navideña» y una «emboscada a la Constitución».
El líder de Vox no ha escatimado en calificativos a la hora de definir a Sánchez, al que se ha referido como una «persona sin escrúpulos», un «villano de cómic», un «fraude», un «estafador», un «tirano de banderas» o un «indigno».
Durante su intervención desde la tribuna de oradores del Congreso, Abascal ha puesto en evidencia las contradicciones del candidato del PSOE por prometer que no pactaría con Podemos, o que no haría ministros a ninguno de sus miembros porque «no dormiría tranquilo», y después pactar con Pablo Iglesias; por prometer la ilegalización de referéndums y anunciar después una consulta en Cataluña. «La palabra dada se cumple», le ha reprochado con dureza.
Iglesias, a Sánchez: «Sí se puede, adelante presidente»
Hace apenas seis meses, en el anterior debate de investidura, Pablo Iglesias mantuvo un agrio enfrentamiento con Pedro Sánchez, al que advirtió de que no dilapidase su «capital político». Este sábado, terminaba su discurso dirigiéndose al candidato por su nombre de pila: «Pedro: estarás al frente de una coalición progresista histórica. Para nosotros es un honor caminar junto a vosotros. Sí se puede, adelante presidente». Durante la ovación de la bancada de Podemos y de la del PSOE, el vicepresidente in pectore se dirigía al escaño de Sánchez para estrecharle la mano.
Lo hacía tras haber dedicado una exigua parte de su discurso tanto al acuerdo de Gobierno -en el que se combinarán, blasonaba, la «experiencia» del PSOE y la «frescura y valentía» de Podemos- como a los independentistas, a los que halagaba adoptando incluso su terminología. Para el futuro número dos del Ejecutivo, España es un país con «exiliados» como aludía a Carles Puigdemont y el resto de fugados de la Justicia tras el golpe secesionista de 2017 en Cataluña.
Iglesias elogiaba también a los líderes en prisión, como el líder de ERC, Oriol Junqueras, y agradecía «humildemente» su labor, afirmaba, en favor del «diálogo». Nada que le valiese el aplauso del portavoz de los separatistas de izquierdas, Gabriel Rufián, con el que mantuvo varios enfrentamientos en diciembre durante las negociaciones para la investidura.
Rufián se crece y humilla a Sánchez
Era el discurso más esperado de la tarde. Después de que la Ejecutiva de ERC se reuniera este sábado de urgencia para ratificar las 13 abstenciones a fin de hacer presidente a Pedro Sánchez, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, para sorpresa de sus nuevos socios, ha vuelto a recuperar el tono bronco contra el PSOE a pesar de que el próximo martes le entregarán sus votos. Rufián le ha recordado que ya advirtieron en julio de que el precio de sus apoyos serían más caros después de conocer la sentencia del Supremo por el 1-0 y ha optado entonces por la humillación sacando pecho por haber conseguido «sentar al PSOE en una mesa del diálogo» sin vetos, con reconocimiento mutuo, un calendario y una «consulta al pueblo de Cataluña».
Con la lista de concesiones a los de Oriol Junqueras en la mano, Rufián ha amenazado a Sánchez con reventar la investidura si no se cumple con lo prometido al separatismo: «Si no hay mesa, no hay legislatura. ERC ya lo ha hecho y volverá a hacerlo», ha advertido a Sánchez a quien también ha recordado que » un presidente de izquierdas nunca ha llegado a la Moncloa sin Cataluña, y menos insultando a Cataluña». En una larga intervención de reproches, Rufián también ha querido recordar el viraje del discurso del líder socialista respecto a la situación en Cataluña. Pasar «de la crisis de convivencia», a reconocer «un conflicto político». «¿Qué ha provocado tanto bandazo?», se ha preguntado Rufián quien seguidamente respondía: «el miedo a esta gente», señalando a la bancada de PP, Cs y Vox.
Arrimadas anima a los diputados socialistas a anteponer «valentía» al cargo
No era su primera vez en la tribuna de oradores del Congreso pero sí su debut como jefe de filas de Ciudadanos. Inés Arrimadas se estrenaba como líder parlamentaria nacional y protagonizaba un bronco debate con Pedro Sánchez, a imagen y semejanza de los que mantuvo en los dos últimos años Albert Rivera.
El ex presidente de Ciudadanos, al que ya por la mañana había citado Sánchez, recibiendo la respuesta de Pablo Casado, que elogiaba el «patriotismo» del ex político catalán, se convertía en inesperado protagonista de buena parte del duelo. «Saque más el ejemplo del señor Rivera» le terminaba espetando Arrimadas al candidato a la presidencia, asegurando que su antecesor dimitió tras un mal resultado, algo, señalaba, que no hizo Sánchez cuando perdió elecciones con los peores resultados históricos del PSOE. Sánchez, en su réplica, había hurgado en la herida del batacazo naranja el 10-N, a su juicio motivada por los pactos autonómicos con Vox.