El Frente de Juventudes, testigo directo
Por Eduardo López Pascua para elmunicipio.es
Jefe nacional de centuria y de Campamentos
Escondido por la sagrada fecha de aniversario de la Constitución del 78, al que se la ha querido dar una trascendencia que no resiste ni un minuto de excelencia a causa de muchas de las sombras que ha traído a España, muchos “nostálgicos”- como yo mismo, pero en el buen sentido de la palabra, celebrábamos aun privadamente (porque estaría mal visto e incluso fuera motivo de denuncias) otro día para recordar: el cumpleaños de la fundación del Frente de Juventudes, en diciembre de 1940, una institución de la que nunca podremos decir todo lo bueno y lo hermoso que significó en la vida de millones de jóvenes españoles.
Hace unos años intenté mediante un libro-novela que titulé “Testigo directo: 10 años en el Frente de Juventudes”, hacer una reseña fiel y verdadera de lo que fue la vivencia en la que supuso para mi, y para miles de camaradas entre los diez y veintiún años, una escuela insuperable de formación, educación y de servicio a la sociedad y a España. Allí aprendimos a respetar a nuestros mayores, a querer servir a los demás, a amar a la patria y saber cuánto de historia y de gestas representaba.
Fuimos los primeros en defender la igualdad entre todos, en procurar la no discriminación por motivos de cultura, de clase o de procedencia, practicada unánimamente en nuestras centurias, marchas, albergues o campamentos; en F. de J. supimos de los pueblos y campos de España, o iniciamos el auténtico ecologismo, donde legiones de muchachos, jóvenes de todo el país, pala al hombro y cubo de planteles, pisábamos las tierras de Castilla o Andalucía, o el levante español repoblando miles y miles de hectáreas con nuevo arbolado. Nuevos bosques amanecieron por la obra del Frente de Juventudes.
Es allí, en el Frente de Juventudes, dónde nos trasmitieron la idea de una justicia social, y de un hombre o mujer portadores de valores eternos; y de una España grande y libre en paz y armonía cantada con pasión en los versos de hermosas canciones. Y conocimos a José Antonio Primo de Rivera, creador de la Falange Española e inspirador de la organización juvenil: nuestro guía. Todo eso sería para nosotros, para mi, el Frente de Juventudes que, personalmente, quise glosar en esa novela “Testigo Directo”, que Dios mediante, veré publicada en la Editorial “Astigi”, de Sevilla en poco tiempo y que pretende ser solo testimonio de un tiempo y de una misión humana realmente inolvidable. Y recordar por fin, al joven que hizo posible tal aventura: Enrique A. Sotomayor. ¡Presente¡