Crónica para elmunicipio.es de Jesús María García.
Ayer en pleno barrio de Moncloa González Quirós, Vidal Quadras y Santiago Abascal, los principales impulsores de la plataforma Reconversión, convocaban una reunión abierta planteada para reunir a militantes, votantes y simpatizantes que se encuentren descontentos con el actual gobierno por no aplicar su programa electoral con el que ganó las elecciones por mayoría absoluta hace casi 2 años. Los convocantes extienden la decepción a la dirección del partido, en particular María Dolores de Cospedal a quien acusan de no reunir los órganos del mismo que podrían reconducir esta situación aparte de ignorar a Vidal Quadras con quien, según el político catalán, no se reúne desde hace tiempo a pesar de la insistencia de este.
Los oradores se colocaron en un estrado de poca altura en el centro del salón con varias filas de sillas en los cuatro lados. Unos micrófonos tipo diadema que les permite gesticular y deambular por la tarima cuando hablan y cuando no tres banquetas altas como las que lleva Serrat a sus conciertos, les permite descansar. Todo muy americano. Abascal, sin corbata vaqueros y chaqueta., Quirós, también chaqueta pero unos más convencionales pantalones de tergal y corbata. Vidal Quadras traje gris brillante y corbata, ambas cosas quizá elegidas por Pujol o Cospedal.
Los tres oradores aparte de abundar en las razones que les ha llevado a reunir a los simpatizantes se muestran dispuestos a hacer lo que haya que hacer para reconducir la situación del partido al que pertenecen con lo que esperan volver a mostrar los carnets, que todos ellos tienen desde hace tiempo. Señalan que se sienten ignorados por los órganos de la formación que no les escucha por lo que se muestran dispuestos a dar pasos firmes y no sólo discursos como los de Aguirre o Aznar, acertados, si, valientes, también, pero sólo eso palabras. En los discursos previos a las intervenciones del público se lamentan de que un partido así ha alcanzado el gobierno sin tener ya en el cajón el plan de reformas que tenían que poner en marcha ( V-Q), o de retrasarlas interesadamente para ayudar, sin éxito, a que un propio, Arenas, gane las elecciones en Andalucía ( V-Q), subrayan la debilidad de un gobierno que se apoya en partidos nacionalistas “ que no son como los demás al tener en sus objetivos destruir la nación que los alberga”, partidos y dirigentes, Ciu y Mas, a los que se recibe en Moncloa con las banderas en pie de igualdad en lugar de intervenir sus comunidades. En materia de terrorismo se apunta que la política actual de Rajoy no sería distinta de la de Rubalcaba de haber ganado éste las elecciones, políticas ambas unidas por los casos de De Juana y Bolinaga. Se malicia VQ que Rubalcaba habría bajado subido los impuestos menos y remata Abascal recordando que en dos años el actual gobierno no ha tocado la Ley del aborto heredada del Psoe.
Ortega Lara abre el turno de preguntas entre las que destaca, por emotiva la de Abascal padre, seguida de un batiburrillo de intervenciones en las que básicamente se coge el micrófono para contar que soy tal, llevo en el partido tantos años he hecho esto y lo otro y me pregunto si esta situación se puede cambiar. Así hubo por lo menos cuatro de estas cuestiones recurrentes con prólogos de lucimiento personal interminables. Un interviniente fue abucheado por plantear que partidos somos todos y todos tenemos la culpa de lo que está pasando.
A medida que se iban repitiendo los argumentos desde el público se pide “y ahora qué “ “otro partido” “ el pp ya no sirve” a lo que desde la tarima se contesta que no se han reunido allí para hacer un partidito ( GQ). Muy al contrario se le dice a la gente que el verdadero PP está ahí mientras que los disidentes se encuentran en la dirección y que lo que ahí se haga, que será, insisten todo lo necesario, se hará para reconducir al PP que una vez en su sitio hará que España sea otra vez una nación de la que sentirse orgulloso. Notando la impaciencia del público VQ advierte que a los dirigentes se les ha clavado el aguijón y que si lo único que entienden es el lenguaje de los votos, les hablarán en su idioma. Idioma y charla que el catalán no aclara.
Termina el acto con la satisfacción por los organizadores de la acogida de la que toman nota ellos y seguramente también en la dirección del PP.
¿Y ahora qué entonces? Pues de creer a los organizadores parece ser que la estrategia sería crear una plataforma política en el centro derecha replicando a UpyD en la izquierda que recogería esos valores que el pp ha perdido. Por la intervención de Abascal esa organización debería plantear una modificación del aborto heredado del Psoe, se entiende que para dejarla donde la dejó el PP, esto es aborto prácticamente libre. Posiblemente esos valores entroncarían con los de Aznar por lo que es seguro alguna referencia a la admiración por Azaña y algún homenaje interruptus a las Brigadas internacionales como el que se produjo en su primera legislatura razón por la que no se ha de esperar una derogación de la Ley de memoria Histórica. Quizá esta nueva plataforma se sienta orgullosa y reivindique la figura de Fraga, con lo que la inmersión lingüística en las comunidades donde influya será inevitable. Y así tantas cosas.
Podría ser que esos errores que ahora pocos recuerdan se corrigiesen. Y ¿ qué pasaría? Según el plan que parece haber detrás, este nuevo partido quitaría unos 200M votos a la derecha, por ponerle un número, con lo que el PP, la casa madre, asustada, llamaría a los díscolos y contrita y afectada les convencería de que no lo volverá a hacer, garantizará democracia interna repondrá en sus cargos a los excluidos y todos juntos iniciarán un nuevo camino, pero juntos, porque las cosas no se arreglan con un partido sino con un partido fuerte de centro derecha.
Y así, si todo se mantuviera así, se acabaría la fiesta. Retomando la banqueta para Serrat, el rico excluido del cargo volvería al rosal del coche oficial, el pobre, que se acercó a esta plataforma esperando que esta vez si se harán las cosas como se debe, volverá al portal a que otro partido le eche la limosna y el Bárcenas a sus divisas.
Jesús María García