Por Carlos León Roch para elmunicipio.es
Con los bandazos tácticos que caracterizan su andadura, el otrora unitario PSC ha propuesto el traslado a Barcelona de la cámara del Senado. Y la iniciativa, pese a su “oportunismo” no es nueva entre los socialistas de Cataluña, ya que el propio Pascual Maragall ya la propuso… y ahora parece que Rajoy la está “pensando”, aunque no se sabe, como buen gallego si es para proponerla o para denegarla.
Y, como la leyenda del lago Ness en las Tierras Altas escocesas, este es un tema recurrente entre los personajes de izquierda. Así Machado (el hermano de Manuel) en 1931 propuso la bicapitalidad de España en el marco de una República Ibérica Federal, de tan infausto recuerdo en el siglo XIX. Y mucho más recientemente, el socialista y lusitano Saramago, la propuso como proceso unitario de las naciones y pueblos de la península ibérica.
Todos ellos acomodados en la observancia estrictamente izquierdista y “progresista”, si se me permite la expresión.
Pero no han sido los únicos, ni los primeros.
Ximenez de Sandoval, en su “Biografía Apasionada” relata una conversación con José Antonio (Primo de Rivera, claro) en la que éste soñaba con una unión ibérica federalizada, en la que la capital estuviera en Lisboa; con el castellano (lengua universal y pujante) como idioma oficial y con la bandera cuatribarrada catalana, como bandera de todos .
Y es que José Antonio siempre entendió bien la sensibilidad catalana, a la que le dedica muchas páginas en su corta vida pública y a la que amaba en sus peculiaridades. Y, naturalmente que hoy, ochenta años después, esas aspiraciones pueden completarse con el traslado a Barcelona de una cámara del Senado, dotándola de auténtica representación regional, con su margen ejecutiva, alejándola del “florero y “balneario” actual.
El federalismo como aspiración a una patria mayor, ha sido siempre la aspiración de los inspirados por José Antonio. Portugal sería el epicentro de esa gran comunidad hispánica de naciones, abierta a la utopia americana y filipina, tan lejana como ilusionante.
El “otro” federalismo es verdaderamente reaccionario y retrógrado, al pretender desligar lo ligado por siglos de convivencia. Equívoca propuesta que no satisfaría a los que pretenden del “derecho a decidir”, que no es otra cosa que la soberanía, y que no existe en los estados federales, ya que ésta la asume el Estado Central. Solo la confederación permite a sus miembros decidir libremente su permanencia en la república confederal. Y es lo que intentaron los Estados del sur norteamericanos… con el terrible resultado de su Guerra de Secesión.
España, que no puede permitir la secesión ni la confederación, si puede aspirar a una Federación Ibérica de Naciones, como lo hicieron gentes tan generosas y fecundas como Antonio Machado y José Antonio Primo de Rivera.
Carlos León Roch
Le he dado varias vueltas al asunto…y la Unión Ibérica, o Hispánica….para equilibrar el poder la separación de los poderes, por ejemplo, tendría el Gobierno Federal en Lisboa, la Capital del Estado Federal en Toledo, la Cámara Territorial en Barcelona, el Tribunal de Cuentas en Oporto, el Tribunal Constitucional en Granada, el Tribunal Supremo, puede estar bien en León …. el Consejo para las Américas en Sevilla, el Consejo para África en Canarias..El Consejo para Asía en Faro, y el Consejo para Europa en Zaragoza… Así, ideas, ideas hay…pero el problema final son los costes …. Y la naturaleza siempre tiende a reducir costes buscando la eficacia y la eficiencia….. Por eso, Felipe II centralizó todo en El Escorial…es imposible gobernar viajando. Son las redes de comunicación y los mensajeros los que dan la información para decidir, y cuanta mas exista en manos de decisor, mas correcta es la decisión o mas grave es el error…