Juan Carlos Monedero puede dormir tranquilo. Carmen Lomana también, no tendrá que llevar luto por él porque su tovarich José Carrillo, Rector de la Universidad Complutense, en cuya Facultad de Políticas Monedero da clase de totalitarismo marxista-leninista, le acaba de perdonar públicamente la vida por haberle hurtado (presuntamente) el diezmo a la caja de la Complutense por la realización de trabajos ajenos a la Universidad, que sí debían haber cotizado en la contabilidad de la institución académica.
En un debate entre los candidatos al nuevo mandato en el Rectorado de la Complutense su actual titular, José Carrillo, en referencia a las turbias finanzas de los bolos bolivarianos de Monedero, dijo que «en su caso se está siguiendo un proceso garantista porque aquí no solemos fusilar al alba sin juicio previo (sic) con juicios sumarísimos a las personas. Eso es de otras épocas». Cabe deducir de las palabras de Carrillo que, en la Complutense, con jucio previo sí fusilan. Bien, dejando al margen que el Rector de la Complutense (¡nada menos!) lo que sí fusila es la Lengua Española en su expresión oral y que debería matricularse en un curso de retórica elemental por aquello que decía Unamuno sobre que «la lengua es la sangre del espíritu», lo cierto es que José Carrillo ha mejorado a su padre, Santiago Carrillo, de siniestra memoria cuando de fusilar se habla. Al menos el vástago del asesino de Paracuellos no le mandará a Monedero una brigada del amanecer que le saque de su casa al alba para ponerle frente a un piquete de fusilamiento, tal y como hizo su papá a manos llenas, sin juicio y sin medida durante la Arcadia Feliz del Frente Popular, que es donde Monedero y su alegre tuna bolchevique de Podemos quieren llevarnos a todos, pero no con los compases de Clavelitos sino al ritmo de La Internacional entonada desde los minaretes de Teherán.
Pablo Iglesias se siente muy orgulloso de ser un hijo del FRAP en la misma medida que José Carrillo se siente también muy orgulloso de ser hijo del asesino de Paracuellos de Jarama. Pablo Iglesias invita a cazar fachas aplicándoles la justicia proletaria. José Carrillo es más tolerante, no va a fusilar a Monedero ni a nadie «sin juicio previo». En las épocas a las que se refiere José Carrillo, su papá le hubiera fusilado por blandito revisionista, como dijo que haría con el abuelito del actual rector de la Complutense, Wenceslao Carrillo, y como hizo con su primera mujer tal y como relató Enrique Lister y que ahora se ha hecho público gracias a la obra de Josele Sánchez, «Con la Piel del cordero». Es lo que pasaba en las familias comunistas: de repente alguien faltaba a la mesa y resultaba que el que estaba sirviendo la sopa lo había mandado fusilar. Como en la entrañable familia de Carrillo o de La Pasionaria. José Carrillo le ha perdonado la vida, de momento Juan Carlos Monedero puede dormir tranquilo. Con un ojo abierto, eso sí.
Información ofrecida por Eduardo García Serrano en el diario La Gaceta.
NO conocía este engendro de portal intolerante, no creo que vuelva por aquí, ya vi bastante.
Que os den