El cantante José María Sanz, más conocido como Loquillo, se ha pronunciado este fin de semana sobre los cambios de la sociedad moderna con respecto a la de su juventud, incluyendo las vinculaciones políticas en estos.
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El Economista / En palabras concedidas a ‘El Mundo’, Loquillo asegura añorar «la Barcelona de mi adolescencia, más libre y libertaria, un referente en toda Europa, esa ciudad que el nacionalismo ni siquiera soñaba poseer».
Según el artista, la personalidad de dicha urbe «ha terminado diluida por los problemas políticos y el boom turístico», y que «la ciudad humana se ha deshumanizado por completo», ya que «la gente, que antes era educada, ahora está enfadada y crispada».
«Yo pertenezco a una generación para la que significaban el futuro. Una generación a la que el futuro se le ha denegado», comenta, antes de reflexionar que «en inglés queda bien lo de ‘born in the USA’ y aquí se llevan las manos porque voy a decir España en una canción, y te van a llamar facha».
«Nos vendieron que había que entrar en Europa, que iba a ser la panacea, un mundo sin fronteras, unido. Y que España iba a ser el ejemplo de país moderno, con educación y cultura», lamenta, considerando «que un buen día te empiezan a poner culebrones en la televisión, y no uno, sino 300». «¿A qué es bonito convertir a la gente en ignorantes? Porque es evidente que esto está más que pensado», concluye.
«Yo, que soy de los que he tirado las paredes, me alegro por Podemos y Ciudadanos. Ya era hora. Porque el tapón era bestial», asegura, al tiempo que se muestra frustrado por «pertenecer a la misma generación de Zapatero y la cara de gilipollas que se me quedó cuando llegó al poder».