La crisis en el PSOE no es sólo política. Aunque en las últimas semanas únicamente se ha hablado de la honda división interna en materia de liderazgo y posibles pactos de Gobierno, el partido tiene otro delicado frente que sus miembros observan también con preocupación: las finanzas.
Ecodiario / Han sido especialmente los malos resultados en las últimas convocatorias electorales los que han dejado las cuentas del partido en una situación crítica. A día de hoy, según informes del Tribunal de Cuentas, el PSOE trabaja con un 60% menos de ingresos que durante los años de la mala gestión del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero al frente como secretario general, según recoge el periodista Carlos Segovia para el diario El Mundo.
Tanto la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba como, especialmente, la de Pedro Sánchez como líderes se han saldado con una bajada radical de financiación por los diferentes resultados electorales. En concreto, durante el mandato de Pedro Sánchez esta caída de los ingresos se ha cifrado en un más del 30%.
Esta asfixia del PSOE se resume en que los ingresos provenientes de las cuotas de los militantes y de las donaciones de cargos públicos sólo cubren el 20% de los gasto del PSOE y en que la formación sólo ha logrado seguir adelante refinanciando constantemente su deuda y llegando a acumular préstamos por un valor total de aproximadamente 75 millones de euros con Banco Popular, Santander, BBVA, CaixaBank, Caja España y Bankia, entre otras entidades.
La preocupación máxima ahora, por otro lado, se encuentra en la financiación por resultados electorales. El hecho de que el partido haya descendido primero a los 90 y luego a los 85 escaños desde los más de 150 que aglutinaba en sus buenas épocas ha hecho que muchos socialistas teman unas terceras elecciones generales en las que el partido vuelva a bajar en su número de diputados.
Esa hipotética caída, además de tener graves consecuencias políticas, dejaría al PSOE -137 años de historia- en una situación económica imposible de suturar a menos que se tomen soluciones drásticas como la venta de la histórica sede nacional del partido en la madrileña calle de Ferraz, misma ubicación donde falleció en 1925 el fundador del partido, Pablo Iglesias.