El pasado 20 de febrero de este año 2017, el Estado Islámico publicó un video del momento en que un grupo de terroristas musulmanes suicidas a bordo de un coche bomba se dirigen hacia una base del Ejército iraquí, momentos antes de inmolarse. En el material gráfico, publicado por la agencia islamista Amaq, se aprecia cómo un yihadista sonríe de oreja a oreja mientras se sienta dentro del coche bomba, tal y como han informado desde el medio de comunicación RT.
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Dicho terrorista fue identificado como Abu Zakariya al-Britani, de origen británico, que pasó dos años preso en Guantánamo y luego logró una indemnización por la tortura y los malos tratos recibidos en esa cárcel de máxima seguridad.
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Ahora, la sociedad británica demanda ante las autoridades respuestas de cómo pudieron soltar y luego pagar a la persona que llegó a convertirse en un terrorista suicida.
El nombre original de Abu Zakariya al-Britani era Ronald Fiddler. Nació en 1966 en la ciudad británica de Manchester, en una familia de inmigrantes de Jamaica. En 1994, Fiddler se convirtió al islam y cambió oficialmente su nombre a Jamal Udeen Al-Harith.
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En el año 2002, Al-Harith se marchó a Pakistán y luego a Afganistán, donde fue capturado por los talibanes, quienes pensaron que era un agente británico.
Poco después, las tropas de EE.UU. liberaron la cárcel de la ciudad afgana de Kandahar, donde se encontraba Al-Harith. Sin embargo, su libertad no duró mucho: fue detenido en Kabul por los mismos estadounidenses y acusado de haber participado en actos de terrorismo.
Tras el arresto fue enviado al campo de detención de Guantánamo, de donde salió en 2004. Nunca le presentaron cargos oficiales. David Blunkett, el entonces ministro del Interior del Reino Unido, aseguró: «Nadie de los que han regresado [de Guantánamo], supondrá una amenaza para la seguridad de los británicos».
Al regresar al Reino Unido, Al-Harith anunció que había sufrido torturas y múltiples casos de maltrato en Guantánamo. Según ‘The Daily Mail’, el Al-Harith logró conseguir una compensación de 1 millón de libras esterlinas (más de 1 millón de dólares) del Gobierno del ex primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, alegando que no solo los estadounidenses, sino también los británicos habían participado en sus interrogatorios en la cárcel.
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En 2014, Al-Harith se dirigió a Turquía, donde cruzó la frontera con Siria y se unió a las filas del grupo yihadista Estado Islámico.
Tony Blair se vio obligado a explicar la situación: en un comunicado oficial el político calificó de «hipócrita» la nota de ‘The Daily Mail’ y negó haber pagado una recompensa al exrecluso de Guantánamo que llegó a convertirse en terrorista suicida. Según el exmandatario, la compensación fue realizada por el Gobierno de David Cameron.
De acuerdo con el ex primer ministro, Al-Harith fue liberado como resultado de una campaña a la que asistieron miembros del Parlamento y medios de comunicación británicos, incluido el propio periódico ‘The Daily Mail’, que ahora culpa a Blair.
Como resultado de esta campaña, el Reino Unido pagó 20 millones de libras esterlinas a los exprisioneros de Guantánamo. Según el diario ‘The Daily Telegraph’, 16 ciudadanos británicos recibieron compensaciones.