“Defenderemos que se puede hacer. Si hay que desobedecer leyes injustas, se desobedecen”. Así respondía Ada Colau, a una entrevista a El País concedida nada más ser elegida alcaldesa, cuando era cuestionada sobre la celebración de un referéndum independentista de Cataluña.
ECD / Ahora la edil de extrema izquierda considera que cualquier consulta debe contar antes con el visto bueno del Estado.
Según explican desde el diario ECD fuentes próximas al gobierno de la ciudad de Barcelona En Común, Colau ya ha transmitido a la Generalitat que su Ayuntamiento no abrirá sedes municipales para el referéndum si éste es convocado a espaldas del Tribunal Constitucional. Un aviso que no esperaban ni Puigdemont ni Junqueras.
Por otro lado, la alcaldesa ha incluido, en los estatutos de su nuevo partido, Un País en Común, la exigencia de celebrar un referéndum “pactado con el Estado” para decidir el futuro de Cataluña y de otras nacionalidades históricas. Un requisito, el de que la consulta sea pactada y legal, que no ha pasado desapercibido entre los integrantes de la nueva formación.
No quiere ser inhabilitada
Ese cambio de discurso por parte de Colau, oficializado en el documento fundacional de su partido, responde a un temor creciente por parte de la alcaldesa: la amenaza de poder ser inhabilitada políticamente si respalda y colabora con el referéndum independentista que prepara la Generalitat para el próximo otoño.
En ese sentido, Colau tiene muy presentes las semtencias contra Artur Mas, Francesc Homs y Joana Ortega por impulsar la consulta del 9-N y, sobre todo, la de Irene Rigau. La ex consejera de Educación ha sido acusada de inhabilitada para ejercer la política en un año y 9 meses por abrir los colegios durante esa jornada para que la gente pudiera votar.
Ese último antecedente, el de Rigau, preocupa especialmente a la alcaldesa, que no descarta ser inhabilitada también si cualquier sede del Ayuntamiento permite la votación durante el nuevo referéndum. Por ese motivo, ha rechazado ante la Generalitat colaborar con esa consulta y está lanzando mensajes contundentes en contra de la postura del Govern de seguir adelante pese al veto del TC.
Aspira a la Generalitat…
Las fuentes consultadas por ECD explican que Colau no quiere ser inhabilitada, bajo ningún concepto, porque eso supondría un parón definitivo a una trayectoria política que la alcaldesa espera extender durante varios años, dando además pasos hacia adelante que le lleven a cotas más altas que el Ayuntamiento de Barcelona.
En ese sentido, desde Barcelona en Comú se apunta a que la creación del nuevo partido, Un País en Común, tiene como objetivo presentar candidatura a las elecciones autonómicas para construir un proyecto regional que lideraría Ada Colau.
La actual alcaldesa es consciente de que las encuestas le son muy favorables y que sitúan a su proyecto político por encima de la antigua Convergència y solo por debajo de ERC. Con ese escenario, “aspira a convertirse en presidenta de la Generalitat a corto plazo”, afirman desde el gobierno municipal.
Ese paso de la política local a la regional podía producirse ya en las siguientes elecciones autonómicas, aunque dependerá de cuándo se celebren éstas. Si Puigdemont las adelanta a 2018, tendría que elegir entre mantenerse en el Ayuntamiento o aspirar ya al Govern.
Una decisión, esta última, que desde su equipo no descartan. No obstante, reconocen las mismas fuentes, el calendario idóneo para Colau es que esos comicios no se celebraran hasta 2019 para concluir su legislatura en el consistorio y preparar, con más calma, su candidatura a la Generalitat de Cataluña.
… y después a la política nacional
De lograr el objetivo de convertirse en presidenta de Catalula, Colau “tendría abiertas de par en par las puertas para pasar a la política nacional”, afirman desde el Ayuntamiento de Barcelona. Un paso que la actual alcaldesa nunca ha descartado cuando se le cuestiona por él en privado y en el que, de hecho, ya está trabajando.
En ese sentido, la edil ya ha manifestado su intención de que Un País en Común lleve lista propia a las próximas elecciones generales, de forma independiente a Podemos, e imitando el modelo que ha instaurado en Compromís Mónica Oltra: con Colau en el gobierno autonómico de Cataluña y representantes de su partido en el Congreso.
No obstante, y a diferencia de la formación valenciana, Un País en Común “podía convertirse en el mirlo blanco de Podemos” y ocupar su lugar a dos legislaturas vista, con un proyecto, el de Pablo Iglesias, desgastado, y otro, el de la propia Ada Colau, reforzado tras el paso de ésta por la Generalitat.
Una hoja de ruta más que ambiciosa pero que muchos, dentro del Ayuntamiento de Barcelona, empiezan a anunciar en conversaciones privadas. La propia alcaldesa, consciente de esos rumores, ha afirmado en una entrevista reciente que su única prioridad ahora es el gobierno municipal, pero sus propios compañeros ven en Un País en Común un proyecto con más altas miras.