El gasto público local. Este ha sido uno de los blancos del debate sobre la reforma de la Administración que aprobó el Gobierno. A pesar de recortes, ERE y despidos llevados a cabo en los últimos años, los grandes ayuntamientos españoles -los de más de 100.000 habitantes- dedicaron el 30% de sus ingresos de 2012 a gastos de personal, según los datos de liquidación de Presupuesto que cada municipio entrega a Hacienda. Marbella, con un 53%, encabeza el listado. Y los diez que más gastaron en funcionarios locales (en el gráfico) superan con creces la media nacional, como se desprende del análisis de dichos datos que El Confidencial ha llevado a cabo en colaboración con el proyecto ‘Transparencia de Cuentas públicas’. La polémica sobre las plantillas de funcionarios públicos sobredimensionadas encuentra su reflejo, sobre todo, en los municipios más pequeños: sin bajar de los 5.000 habitantes, destacan casos en los que hasta 9 de cada 10 euros que ingresan en las arcas municipales se dedican a estipendiar al personal público.
Los dos factores que causan las diferencias entre los varios municipios de España son el número de funcionarios o sus salarios. Esta cuantía la establecen, entre ambos, la Administración estatal –sueldo, pagas extras y complementos de destino- y la misma Administración local, que asigna un complemento específico. Por esto, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aclaró que con la reforma de la Administración local pretende aproximar lo más posible los salarios entre funcionarios, “homogeneizando” ese complemento. A pesar de ello, un portavoz del Ministerio ha asegurado a El Confidencial que Hacienda sólo mira que se cumpla el objetivo de déficit, sin entrar a valorar de qué forma esto se consigue. Y es justamente la estrategia política local lo que hace que un ayuntamiento decida dedicar gran parte de su gasto a mantener una amplia plantilla de empleados municipales.
«Tradición» en Marbella
Es el caso de Marbella, que, con el 53%, es el ayuntamiento con más de 100.000 habitantes que más porcentaje de ingresos dedica a pagar a sus funcionarios. Y lo hace «por tradición», en palabras del delegado de Economía y Hacienda de la localidad, Carlos Rubio: «Marbella presta todos los servicios de forma directa: personal de limpieza de basura, de limpieza de colegios y otros que normalmente se externalizan aquí siempre fueron asumidos por el Consistorio». Las aproximadamente 3.100 personas que Marbella emplea, asegura Rubio evitando hipótesis sobre fáciles clientelismos, “permiten ahorrarse problemas como los que hubo en varias ciudades con la recogida de basura, cuando las empresas externas que llevaban ese servicio no pagaron a sus empleados”.
Sin embargo, la sombra de las recientes tramas de corrupción urbanística sigue alargada. La oposición en el municipio marbellí criticó, en mayo de este año, «la más absoluta opacidad» en las contrataciones de personal en el Ayuntamiento, denunciando que no pudo tener acceso a las consultorías llevadas a cabo sobre la plantilla municipal.
Se diferencian por poco de Marbella tres localidades de la Comunidad de Madrid, ya que todas dedican más del 40% de sus ingresos a los gastos de personal. Junto a su población, entre 2002 y 2010 la plantilla municipal del Ayuntamiento de Leganés no dejó de crecer. Según declaró su alcalde, Jesús Gómez, en 2011, contaba con 1.800 empleados a pesar de externalizar servicios: «La plantilla está sobredimensionada y debe tender en principio a estabilizarse en el futuro y después a disminuir», aseguró en público.
El caso de Fuenlabrada saltó a los medios en 2011 cuando se denunció la presencia en la plantilla municipal de más de 60 ‘enchufados’ entre familiares de los gobernantes socialistas. El partido de Gobierno negó la práctica denunciando, a su vez, la contratación de personal ‘a dedo’ por parte de los populares. Más allá de la polémica, el dato habla claro: el Consistorio se gastó el 42% de sus ingresos en mantener la plantilla, muy por encima del 30% que caracteriza, de media, a los municipios de este tamaño.
Despidos y redimensionamientos
Un elección, la de contar con una plantilla tan amplia, que ha causado ERE y despidos en las dependencias municipales de media España. El Ayuntamiento de Parla (124.000 habitantes) prescindió de 66 trabajadores en octubre de 2011. Junto a otras medidas de ahorro, esto permitió que el Consistorio socialista disminuyera un 6%, durante el 2012, la cantidad de dinero dedicada a pagar a sus funcionarios, siendo así el ayuntamiento de más de 100.000 habitantes que más disminuyó este porcentaje en el último año.
Aunque fuera de este top ten, Jaén destaca entre los grandes municipios como el que realizó el mayor esfuerzo con respecto al año anterior: un 45% menos en gastos de personal. Y, por el momento, lo ha conseguido evitando despidos: «El alcalde cobra del Senado y no del Ayuntamiento, y esto ya amortigua costes», explica una portavoz de la alcaldía. Además, «se redujo el número de concejales y como gerentes de áreas se pasó a contratar a personal del Ayuntamiento y no a externos», añade. En 2012, ha podido así disminuir en un 18% los ingresos dedicados a pagar al personal público.
Algo parecido ocurrió en Valladolid, la primera ciudad de más de 300.000 habitantes en cuanto a gasto en personal. El descenso del 1,51 por ciento en gastos por dicho concepto en los últimos presupuestos municipales sigue una senda que permite «que no haya ERE ni despidos», según destacó el Consistorio al presentar, el pasado mes de noviembre, los presupuestos para 2013.
Sin embargo, es en los pequeños municipios donde más porcentaje de ingresos se dedica al gasto en personal. Los que más gastan llegan a dedicar más de la mitad de su presupuesto a pagar a su personal público. Entre ellos, seis son andaluces y tres extremeños. Sin embargo, la palma se la lleva un pueblo de poco más de 6.000 habitantes. Se trata de Almadén, en la provincia de Ciudad Real: este ayuntamiento fue, además, el que más aumentó su gasto en personal (un 25%) en el último año. Actualmente el 66% de sus ingresos lo dedica a esta partida.
A falta de que Hacienda confirme la totalidad de datos de 2012, los del año anterior dejan claro cuál fue la tendencia a escala provincial en toda España. Como se aprecia en el siguiente mapa, elaborado por el proyecto ‘Transparencia de Cuentas públicas’ en colaboración con este diario, las diferencias entre provincias son llamativas. Casos como el de Aljarque hacen que se dispare la media: el pequeño municipio, que se expandió de forma exponencial entre 1999 y 2007, vio sus ingresos caer «de forma aún más rápida», señalan desde la alcaldía, a partir del 2008. Los más de 500 empleados municipales, que se llevaban hasta el 90% de los ingresos, fueron reducidos a la mitad.
elconfidencial.com