Fuentes revelan a este diario que el escritor está enterrado en la localización número dos del Convento de las Trinitarias.
Tras varios meses de trabas en el Arzobispado, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, la búsqueda de los restos de Cervantes seguirá adelante. Así se lo ha comunicado el Arzobispado de Madrid al Ayuntamiento y a los investigadores, que ha autorizado que continúen los trabajos de investigación para encontrar los restos del escritor en el convento madrileño de las Trinitarias.
Aunque los investigadores señalaron 33 nichos de una cripta donde podría estar enterrado el autor, este diario ha podido confirmar que los restos ya han sido localizados. Fuentes consultadas por Gaceta.es confirman que los restos mortales del escritor se encuentran en la localización número dos, la cata que se encuentra justo a los pies de la Virgen de la Inmaculada. Además, según ha podido saber este periódico, la madre superiora del convento reconoció, en una conversación privada con el equipo científico, que las superioras del convento se transmiten de generación en generación el secreto de donde está enterrado el autor de ‘El Quijote’, algo que no había trascendido hasta ahora.
De momento, la autorización de esta búsqueda es sólo verbal, pero fuentes municipales aseguran que se hara efectiva este viernes mediante una firma con el concejal delegado de las Artes, Pedro Corral. El siguiente paso para proseguir con los trabajos es que la comunidad de religiosas que vive junto a la iglesia de las Trinitarias muestre también de manera formal su conformidad a que siga la segunda fase del proyecto, tras lo cual se solicitará el permiso a la Comunidad de Madrid, que ya ha pedido a los investigadores más garantías de que no dañarán el templo, considerado bien de interés cultural.
Presupuesto para la segunda fase
El Ayuntamiento ha asegurado que se han asignado 50.000 euros para continuar con la siguiente fase, aunque aún no ha pagado a los investigadores por los trabajos de la primera fase. Cuando den con los posibles restos óseos, pasarán a la tercera fase, en la que los analizarán para ver si alguno corresponde con los del ilustre escritor español, enterrado en 1616. Según certifica la historia, fue amortajado conforme a la regla de la Orden Terciaria, con hábito franciscano y el rostro descubierto, cuando tenía 68 años. Se sabe que, a pesar de llamarle ‘el manco de Lepanto’, sí tenía la mano izquierda, aunque atrofiada por falta de movimiento, y padecía lesiones en el tórax como consecuencia de las heridas de guerra sufridas en aquella batalla. Estas particularidades facilitarían la identificación del escritor.