La página web pro vida Rescatadores Juan Pablo II publica un hecho vil, macabro, aterrador… Y es que algunas autoridades académicas y supuestamente “intelectuales” de notorio raigambre ya están en la actualidad planteandose la posibilidad de extender el genocidio del aborto a los niños nacidos, lo cual no sería un asesinato abortista al producirse fuera del vientre de la madre, sino un asesinato simplemente a secas.
Este es el caso de Udo Schuklenk, profesor de Filosofía en la Queen´s University de Ontario (Canadá), que aboga por “el derecho a ejecutar bebés” que se encuentren fuera del claustro materno.
Además, en un artículo publicado en el Journal of Thoracic and Cardiovascular Surgery (Revista de Cirugía Torácica y Cardiovascular), el docente ha comunicado que causarle la muerte a los recién nacidos con algún tipo de discapacidad sería “moralmente aceptable”, pese a que todavía sea ilegal en su país.
Con estas palabras, puso de manifiesto tan colosal disparate: «Los padres deberían ser capaces de decidir libremente sobre lo que equivaldría al aborto postnatal”.
El aborto es legal en Canadá desde el año 1988, y es trsitemente financiado a través del seguro de salud estatal. Para Alex Schadenberg, jefe de la Coalición para la Prevención de la Eutanasia en Canadá, lo que está promoviendo Schuklenk es “declarar que ciertos tipos de seres humanos tienen una vida que la sociedad ha determinado que no vale vivir”. El promotor de este infanticidio o asesinato, como prefieran llamarlo, recurre a la clásica técnica de utilizar términos biensonantes que encierran un contenido tenebroso para restar maldad a los peores latrocinios y declara sin pudor ante el National que esta medida se podría considerar como parte de «una filosofía eugenésica”.