Como estaba previsto, ninguno de los grupos parlamentarios ha variado su posición desde el pasado día 5 y por consiguiente, Susana Díaz no ha logrado ser investida como presidenta de la Junta de Andalucía en esta segunda votación.
LD / Andalucía seguirá con un gobierno en funciones seguramente hasta que pasen las elecciones municipales y autonómicas del próximo día 24, dada la falta de tiempo para una negociación, la actividad electoral de los diputados y la ausencia de información acerca de cómo quedan las fuerzas políticas tras las alecciones del día 24. El próximo 14 de mayo se procederá a una nueva votación y así sucesivamente, en caso de repetirse el mismo resultado, hasta el día 5 de julio en que deberán convocarse nuevas elecciones si nada cambia.
Del gobierno en funciones
Cesado tras el cese de la titular de la Presidencia de la Junta de Andalucía, el consejo de gobierno cesante continúa en funciones hasta la toma de posición del nuevo gobierno. Según la legislación vigente, la gestión del gobierno en funciones se limita al despacho ordinario de los asuntos públicos de su competencia, salvo casos de urgencia o interés general debidamente acreditados.
A partir de este momento, Susana Díaz, como presidenta en funciones, no podrá ser sometida una moción de censura pero tampoco podrá ejercer las siguientes facultades:
a) Designar o separar a las personas titulares de las Vicepresidencias o de las Consejerías.
b) Crear, modificar o suprimir Vicepresidencias o Consejerías.
c) Disolver el Parlamento de Andalucía.
d) Plantear la cuestión de confianza.
Su Consejo de Gobierno en funciones no podrá ejercer las siguientes facultades:
a) Aprobar el proyecto de Ley del Presupuesto de la Comunidad Autónoma.
b) Presentar proyectos de ley al Parlamento de Andalucía.
El día mágico, el 25 de mayo
A pesar de la estrategia de extorsión fina de la candidata socialista al resto de grupos parlamentarios, a los que ha culpado de ser como los perros del hortelano y descargar sobre ellos la responsabilidad de unas elecciones que ella convocó voluntariamente, el PP, IU y los partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, han resistido, ya sea por principios, al no obtener las condiciones que fijaron para el acuerdo, ya sea por cálculo estratégico porque hasta el día 25 de mayo no se conocerá el mapa de cromos que pueden intercambiarse en toda España.
Andalucía es uno de los platos fuertes de las autonomías y su gobierno podrá ponerse en la balanza junto a muchos otros el próximo día 25. Decidir ahora y, precisamente, con una actitud nada dialogante de Susana Díaz, no ha sido el camino preferido por los demás grupos.
Ahora, se podrán tramitar sucesivas propuestas que podrán ser sometidas a votación cada 48 horas, siendo competencia del presidente del Parlamento la convocatoria de las mismas. Haber fijado la nueva votación para el próximo jueves 14 de mayo, en plena campaña electoral, con los diputados viajando de manera continua y sin tiempo real para un desarrollo normal de negociaciones, hace prever que el resultado será el mismo, acumulando Susana Díaz de este modo tres derrotas consecutivas.
El plazo de dos meses para lograr la que marca el Estatuto finalizaría el 5 de julio y la Ley Electoral de Andalucía establece en su artículo 14 que la fecha de las elecciones autonómicas «no podrá estar comprendida entre los días 1 de julio a 31 de agosto», por lo que el decreto de convocatoria no podría fijar la fecha de nuevos comicios antes de septiembre.
El fracaso de la Operación Susana
Susana Díaz ha quedado en evidencia puesto que convocó unas elecciones anticipadas con el propósito confesado de obtener una mayoría que le diera mayor estabilidad a su gobierno. Pero no lo ha conseguido. Es más, ha conseguido justamente lo contrario. El mayor período de zozobra política de la historia andaluza ha comenzado desde entonces.
Visto que cualquier investidura posible de Susana Díaz deberá fraguarse tras conocerse los resultados del 24 de mayo, que es lo que prefieren todos los partidos del Parlamento andaluz, quizá con la excepción del PSOE de Susana Díaz (aunque tampoco le gustaba mucho un apoyo previo del PP por su repercusión electoral a favor de Podemos, por ejemplo) el fracaso de Susana Díaz es doble.
Además de haberse visto desbaratada su operación estabilidad, la operación nacional de presentarse como lideresa de un proceso de regeneración democrática y haber aportado una fórmula de pacto con anterioridad a conocerse el resultado electoral del próximo día 24, también ha hecho aguas. Después del 24 todo será más sencillo aunque sólo sea porque se conocerán qué cromos se pueden cambiar en el tablero político nacional.
Ello conlleva un cambio de escenario porque en ese momento serán ya Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias los que actuarán como protagonistas y Susana Díaz quedará debilitada en el marco del gran juego político.
Si a ello unimos que ha enfadado a los propios, e incluso a sus partidarios, por haber lanzado propuestas sin consenso en el interior del PSOE, cabe pensar que su prestigio y su proyección de lideresa nacional han sido seriamente tocados.