Mariano Rajoy hizo balance en el ecuador de la campaña. «Creo que la gente va a reaccionar bien con nosotros. Lo creo sinceramente», afirmó en una breve conversación con periodistas. Lo hizo relajado, irradiando optimismo, antes de patearse el centro del municipio de Marín (Pontevedra), en el que recibió el cariño de los vecinos. «La gente se ha dado cuenta de que hay que apostar por los valores seguros», se reafirmó.
LD / Los estrategas del PP declaran que el bipartidismo se recupera tras la aguda caída que ha sufrido en los últimos meses. Así se desprende de los últimos sondeos internos: PP y PSOE suben, y Ciudadanos y Podemos empiezan a retroceder. Un escenario en el que se siente cómodo Rajoy, que siempre ha defendido el sistema vigente.
En su balance, Rajoy reconoció que han sido «tiempos duros y difíciles» en los que se ha tenido que superar «una crisis de caballo» y una herencia «tremenda». Pero recalcó que tanto él como su partido están «animados», porque -augura- los electores serán conservadores y acabarán votando a los partidos de siempre.
El presidente aspira a enseñar un mapa bañado de azul la noche del 24 de mayo, día de las elecciones. Y, según dijo, la economía es la llave para conseguirlo. «La gente ha entendido muy bien lo que había que hacer», defendió, tras sacar pecho de que España ha pasado de una situación «bajo mínimos» a situarse a la cabeza del crecimiento en Europa.
Los periodistas le preguntaron directamente por Ciudadanos, que -según las encuestas- es el partido que roba más votos al PP. Tantos que, según el CIS, hace perder al PP la mayoría absoluta en muchas de las comunidades autónomas. Rajoy fue tajante: «A mí no me da miedo nadie, lo importante es lo que diga la gente». Y añadió que la democracia «es un sistema de reglas muy claro», y los españoles «votan lo que quieren y hacer bien en votar lo que les parezca mejor por su país». «Yo no he tenido nunca miedo a la democracia», recalcó en un céntrico bar de Marín.
Ya en un mitin en Vigo, y siempre en compañía de Alberto Núñez Feijóo y Ana Pastor, proclamó que «no es bueno ceder alegremente el voto a la incertidumbre, al azar o a cualquier estrella fugaz que aparecen tan a menudo en nuestro país». «Esas estrellas», destacó, «desaparecen, pero hacen mucho daño».
Rajoy comparó a Ciudadanos con el Partido Popular, que «no nació hace un cuarto de hora» y «no somos fruto de ninguna tertulia, de ninguna televisión, ni de ninguna pizarra». Y, reivindicativo, aseguró que «no tenemos de qué arrepentirnos». «Toca apostar por valores seguros» y «la gran apuesta de estos años en España es liquidar la crisis, dejarla como historia, crecer y crear empleo», sentenció, alertando de nuevo sobre «cualquier invento de última hora».
El optimismo que destiló el presidente incluyó, no obstante, una matización muy importante de su equipo: «No se pueden hacer comparaciones con los resultados que obtuvimos hace cuatro años». En otras palabras, el objetivo es salvar los muebles y, en este sentido, Rajoy no se bajó del atril hasta sugerir una buena noticia para los españoles: habrá bajada del IVA en 2016.