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La historia de los 8 carmelitas fusilados cuya placa retiró Carmena «por error»

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Los ocho religiosos carmelitas homenajeados en la placa del Cementerio de Carabanchel que retiró por error el Ayuntamiento de Madrid, tenían una edad comprendida entre los 18 y 23 años.

La Información / Procedían del convento El Carmen de Onda (Castellón), integrado en su mayor parte por estudiantes, novicios y religiosos jóvenes, unos treinta. Milicias vinculadas al Frente Popular llegaron en la madrugada del 27 de julio de 1936, nueve días después del comienzo de sublevación del ejército franquista, y ordenaron el desalojo del edificio, que posteriormente fue saqueado e incendiado.

En dicho saqueo fueron asesinados doce religiosos, pero otros, entre ellos los ocho que homenajea la mencionada placa, fueron conducidos a Valencia, y de ahí emprendieron el viaje hacia Madrid.

Cuando llegaron a la estación de Atocha, sufrieron muchos insultos y amenazas. Eran los días de mayor persecución contra los clérigos en toda España, muy especialmente en Madrid, donde el golpe militar había fracasado. Los prisioneros fueron conducidos a varias casas. Algunos del grupo consiguieron escapar mientras los llevaban de un sitio para otro. Al pasar los días y comprender el destino que les esperaba, los religiosos hicieron llegar mensajes de ayuda a algunos dirigentes políticos, pero estos prefirieron no intervenir. Tras una angustiosa espera, en la noche del 18 de agosto fueron conducidos hasta el cementerio de Carabanchel, donde fueron fusilados en una tapia.

En 1960 se abrió la causa de beatificación de los mártires carmelitas, que fue aprobada en Roma 32 años después. Fueron beatificados en 2013, junto a otros 522 mártires de la persecución religiosa en España.

Esta es una pequeña reseña biográfica de cada uno, ordenados por edad menor a mayor. 

  1. Fray Ángel Sánchez Rodríguez

Nació en el pueblo zamorano de Pajares de la Lampreana (Zamora) el 2 de agosto de 1918. Gracias a una señora que ayudaba a los seminaristas, llamada Lucía, consiguió contactar con los Padres Carmelitas de Villareal (Castellón). Con 14 años ingresó en el seminario, y pronto se destacó como un estudiante disciplinado y capaz. Destacó muy pronto en latín, y con 17 años pudo tomar el hábito del Carmelo, cuando cambió su nombre de bautismo, José, al de Ángel. Quienes convivieron con él, le recuerdan como un chico muy rezador y devoto al escapulario de la Virgen del Carmen. Poco después de su detención, contrajo una enfermedad, pero ni siquiera en ese estado quiso alejarse de sus compañeros de cautiverio. Permaneció con ellos hasta el final. Cuando fue asesinado, acababa de cumplir los 18 años. Se sabe que no murió en la primera descarga y, cuando pedía ayuda en medio de su agonía, fue rematado.

  1. Fray Ángel Reguilón Lobato

Su nombre real era Cipriano. Nació el 1 de junio de 1917 en el mismo pueblo que Fray Ángel Sánchez Rodríguez, de quien era gran amigo. Sus padres murieron cuando él aún era un niño, por lo que quedó bajo el cuidado de sus tíos, grandes devotos de la advocación mariana de la Virgen del Templo. Él también trabó amistad con la señora Lucía que le recomendó en el seminario menor de Villarreal, donde entró con 12 años. En 1935 profesó como carmelita. Acababa de terminar su primer curso de filosofía cuando fue apresado con sus otros compañeros. Al ser húerfano, su cadáver no fue reclamado por nadie, a pesar de los muchos anuncios que se hicieron describiendo su aspecto.

  1. Fray Bartolomé Andrés Vecilla

También nació en Pajares de la Lampreana, el 27 de agosto de 1917, y en el bautismo le impusieron el nombre de Nicomedes. Al igual que sus vecinos, llegó siendo aún adolescente al seminario de Villarreal, con 14 años y medio. Se le recuerda con un talento especial para el dibujo. Ingresó en el noviciado de la orden carmelita en julio de 1935, y fue apresado solo un día antes de terminar el primer curso. Aunque no se dispone de datos fiables, se cree que pudo realizar su profesión antes de ser asesinado el 18 de agosto de 1936.

  1. Fray Francisco Pérez Pérez

Nació en un pueblecito de Burgos (Ros), el 31 de enero de 1917. Su madre murió cuando él era aún pequeño y su padre volvió a casarse con una señora que sometió al niño a un maltrato constante. Llegó incluso a prohibirle ir al colegio. Vivía en un ambiente tenso, algo que fue percibido por un tío suyo sacerdote, que convenció a su padre para que le dejaran ingresar en el seminario carmelita de Villarreal. Recibió el hábito del carmelo en 1932 y un año después realizó los votos temporales. Sus superiores estaban muy satisfechos con él, por su inteligencia y su alegría, a pesar de la infancia dura que había vivido. Ni siquiera después de ser detenido perdió el valor y la confianza de que todo podía cambiar. Hubo testigos que les vio hablando de Dios con los anarquistas que le habían apresado.

La placa en honor a los ocho carmelitas fusilados en el Cementerio Parroquial de Carabanchel ya está en su sitio

  1. Fray Aurelio García Antón

Nació en Navacepeda de Tormes, el 24 de agosto de 1916. Admiraba a su hermano mayor, Adalberto, que quería ser Carmelita, y Aurelio quiso seguir sus pasos. Llegó a Villarreal para cursar sus estudios en el seminario durante el curso 1928-1929. Comenzó sus estudios de Humanística, pero poco después sus superiores, a causa de la agitación política del momento, estimaron conveniente que volviera a su casa. No tardó en regresar al seminario, donde profesó en 1933. Más afable y bromista que su hermano, destacó especialmente en la música.

  1. Fray Adalberto Vicente Muñoz

Nació en Cuéllar (Segovia), donde está ubicado el santuario de El Henar. Este santuario pasó a ser administrado por la Orden de los Carmelitas cuando Adalberto tenía solo 8 años. Comenzó a relacionarse con los religiosos y pronto quedó tan fascinado por su carisma que quiso unirse a ellos. Trabó especial amistad con el padre Alberto Marco, que luego también sería beato tras ser asesinado en noviembre de 1936. Con solo once años viajó a Villarreal para ingresar en el seminario. Vistió el hábito en 1931 e hizo sus votos temporales al año siguiente. Estaba estudiando teología en el seminario de Onda cuando fue detenido.

  1. Silvano Vilanueva González

Nació en Huérmeces, provincia de Burgos, el 9 de febrero de 1916. Pertenecía a una familia de agricultores de cierta posición y muy religiosos. Recibió con agrado una cuidada educación religiosa, y pronto quiso hacer de monaguillo en su iglesia. Al igual que muchos de sus compañeros vistió el hábito en el santuario de El Henar. Pese a todo, tuvo dudas en su vocación cuando se encontraba estudiando en el seminario de El Henar, pero pronto las despejó. Fue una persona noble y fiel a la regla de la Orden. Tenía una fuerte personalidad, que quedó patente cuando reprochó a los milicianos los constantes cacheos a los que les sometían.

  1. Fray Daniel García Antón.

Al igual que su hermano Aurelio, nació en Navacepeda de Tormes (Ávila) el 11 de diciembre de 1913. Su vocación creció en torno al Santuario del Henar, donde estableció una fraternal amistad con los padres carmelitas. Cuando tenía cumplidos 14 años, comenzó a estudiar en el seminario menor de Villareal y profesó en 1930 en Onda (Castellón). Quería llegar a ser sacerdote, y marchó al municipio de Caudete (Albacete) para estudiar filosofía. Allí la Orden tenía una casa para novicios y una importante biblioteca. Le quedaban solo unos días para ordenarse cuando fue asesinado.

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