Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
Era una frase magistral en una película magistral de Jhon Wayne; no recuerdo el título ni importa, porque lo que nos vale es la intemporalidad de sus palabras y cómo no, el mensaje profundo y permanente que refleja. Para mí, que no soy ningún Wayne, ni uso sombrero, ni montura al estilo oeste, pero sin embargo, creo en ese espíritu de memoria, lealtad a principios que pienso son el alma de las personas, me trae el recuerdo de un hombre ejemplar que significó para muchos de nosotros, falangistas anónimos, azules de a pié, huérfanos de poder y parafernalias, el camino a seguir en una España que como dijera el fundador, todavía no nos gusta.
Ahora se cumple un aniversario que tampoco interesa cual es, que su mejor aniversario será el de tenerlo siempre presente, en nuestras actitudes y en nuestros proyectos, y tratar en cierta manera de imitar su coherencia y su humildad. En política esto a veces no se encuentra y claro, cuando uno tiene la referencia de un hombre como Manuel Hedilla Larrey, no es de extrañar que aparezca un don nadie como yo mismo, y revivir con ilusión y esperanza su testimonio y su grandeza. Hubo un tiempo en que miles de españoles pronunciábamos su nombre con la admiración merecida a un héroe de la fidelidad, a un testigo de un compromiso vital, a una idea metafísica de la realidad de España. No hace falta repetir aquí un programa de aspiraciones comunes a cumplir, que todo sabemos. Pero hoy, al cabo de los años, no queremos que la patina de la política frustrada, nos haga olvidar el camino que nos marcaba; quizá todas la incertidumbre que en estos años sufrimos, nos haga más necesaria su memoria y es posible que su bondad, su sencillez en la responsabilidad nos traiga el deber de su ejemplo.
Para mí, Manuel Hedilla Larrey es como aquel soldado del film de Wayne, nunca morirá porque los héroes nunca mueren, solo se desvanecen.
El ultimo grupo que organizó Hedilla fue el FNAL Registrado legalmente con la Ley de Asociacines de 1965 promulgada por Fraga. Y lo organizó conjuntamente con Blas Piñar.
Hay que romper falsos mitos!. Lo importante es la doctrina no el culto a la personalidad.