El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha creado la última traca de su charanga el denominado «carnet de la Patria», que la oposición denuncia como un instrumento de chantaje político y control social.
El carnet puede convertirse en una especie de caballo de Troya para borrar su voz del Parlamento en las futuras elecciones, ya que obliga a firmar a favor de la disolución de la Asamblea Nacional, controlada por el antichavismo, para poder disfrutar las prestaciones sociales para las que se necesita el documento, según han señalado desde el diario ABC.
El mandatario venezolano anunció que la «carnetización» se extenderá hasta el próximo mes de marzo para censar entre 2 y 6 millones de venezolanos.
Por otro lado, las colas para registrarse son kilométricas. Nadie sabe exactamente para qué sirve el carné, pues las bolsas de comida que reparten los Claps (Comités Locales de Administración y Producción, parecidos a los sóviets) tienen sus propios registros y los programas sociales o las denominadas «misiones» nunca lo han exigido como requisito.
El radical Nicolás Maduro dijo en su cadena de radio y televisión, que el carné fue creado «para que las misiones y las grandes misiones lleguen de verdad al que las necesita, al que clama por justicia y ayuda».
Maduro aclaró ante los medios de comunicación que «es un instrumento y un sistema en construcción. Estamos dando el primer paso que es el censo, la identificación y la incorporación».
El carné de la patria también se extenderá al sector educativo, a colegios, liceos y universidades, y a los centros de salud de las misiones «Barrio Adentro».
Nicolás Maduro prometió cobertura en materia de salud preventiva para dos millones y medio de personas. Asimismo dijo que la intención es «incrementar la atención médica primaria en las comunidades y sectores populares del país».
El historiador Agustín Blanco Muñoz resumió el objetivo del carné de la patria así:
«Acércate a nosotros, a la revolución y comerás; aléjate de nosotros y morirás de hambre; hazte socialista y vivirás».