La trágica muerte del valiente torero Iván Fandiño, consecuencia de una gravísima cornada inferida por un toro de la ganadería de Baltasar Ibán en la ciudad francesa de Aire Sur L,Adour, ha dejado sumido en la tristeza al mundo del toreo.—Graves problemas para el profesor que celebró la muerte del torero Víctor Barrio—
Quienes parecen alegrarse, como siempre y para variar, son algunos «animalistas», tan bestias como los animales que dicen defender.
El torero fue prendido en un quite con el capote al primer toro de Juan Del Álamo, momento en el que trastabilló y, una vez en el suelo, el animal, tercer toro de la tarde, le metió el pitón en el costado.—Muere Adrián, el niño insultado porque quería ser torero—
Consciente, todavía fue capaz de decir: «Daos prisa en llevarme al hospital, que me estoy muriendo». A toda prisa fue conducido a la enfermería, y desde allí a un hospital de Mont de Marsan donde nada pudieron hacer por su vida, certificando su defunción.
Iván Fandiño tomó la alternativa en Vista Alegre, Bilbao en el pasado año 2005 ante «Afrodisíaco», de la ganadería de El Ventorrillo, con toreros como El Juli de padrino y Salvador Vega de testigo.
A los animalistas, a los anti-taurinos, se les ha ido totalmente la pinza. Se puede estar en contra de los toros, pero alegrarse de la muerte de alguien, y desearle la muerte a sus familiares, es de ser un enajenado y un miserable. Van a conseguir que muchos, cansados de las progretadas de feministas, ecologistas, locas feministas etc etc… se hagan taurinos, y me parecerá hasta bien.