El Rey Juan Carlos I estuvo presente en Cardiff y acabó pisando el vestuario del Real Madrid, felicitando a los jugadores blancos, que aprovecharon para fotografiarse con él. Madridista confeso, fue protagonista también de la Duodécima blanca.
Sergio Ramos fue el más bromista de todo y colgó en las principales redes sociales un selfie con él, en el control antidoping.
Antes del partido, El Rey Juan Carlos I deseó «mucha suerte» al Real Madrid en la final de la Liga de Campeones ante la Juventus de Turín, porque los blancos son un «orgullo» para el país.
«…Es un orgullo tener un equipo así. Esperamos ver un buen partido y lograr un buen resultado. Todos, realmente toda la plantilla son buenos amigos, buenos compañeros y buenos deportistas…»
Al concluir el encuentro, con el 1-4 en la buchaca, bajó el Rey de nuevo al vestuario; está vez a festejar la victoria.