El Partido Popular gana las elecciones en Galicia metiendo miedo a los votantes de VOX
Desde el primer momento toda la maquinaria pesada del Partido Popular apuntaba a VOX como enemigo político. Los dirigentes populares han vuelvo al “que vienen los rojos” para conseguir el voto del miedo en las elecciones gallegas. Y, observando los resultados, ese miedo de los votantes les ha vuelto a dar resultados electorales.
El doble examen del Partido Popular
Estos comicios suponían un doble examen para los del Partido Popular en las elecciones. Se examinaba a Alfonso Rueda quien se presentaba por primera vez como candidato a la Xunta de Galicia. Una persona que consiguió reeditar la tradición popular y sus paisanos le otorgaron la confianza para seguir siendo el presidente de todos los gallegos, esta vez por elección en las elecciones gallegas.
Alfonso Rueda y Alberto Núñez Feijóo en las elecciones en Galicia
Alfonso Rueda ya había dicho que la victoria sería «compartida». Por lo que ya hacia la pelota a Feijóo diciendo que “la mitad le pertenecía al líder nacional de los populares”.
Alberto Núñez Feijóo, quien se implicó como si de su propia elección se tratara recorriendo la mayoría de municipios rurales de Galicia con dos o tres actos por día. Además tienes que ver la información –Los comunistas de Sumar se hunden en Galicia-.
El Partido Popular gana las elecciones en Galicia metiendo miedo a los votantes de VOX
Pero la clave de la nueva mayoría absoluta del Partido Popular en Galicia ha sido el miedo. El pánico de que el PSOE y el BNG podían sumar en Galicia con una mayoría absoluta. Y que si VOX conseguía representación era culpa de Santiago Abascal.
Nuevamente la estrategia de miedo les ha dado resultado. Los votantes gallegos se han dejado engañar por el miedo para que todo siga igual y no exista un cambio real y auténtico en Galicia.
Todo para que los postulados de la satánica Agenda 2030 vuelva a ganar en España. Y por lo tanto los derrotados sean los españoles y España. La Agenda 2030 va avanzando en España y llegará el día –si los españoles no reaccionan- que será demasiado tarde.
