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El paro registrado se sitúa en los niveles de hace tres años. ¿Estamos saliendo de la crisis?

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Por Jorge Garrido San Román

En los últimos meses he estado tan ocupado a diario que, sintiéndolo mucho, no he logrado sacar tiempo para actualizar el blog. Lo lamento por todos aquellos a los que les gusta leer mis opiniones, pero soy de esos que, como dice siempre mi amigo Miguel Argaya, estamos tan ocupados con el día a día que lo urgente no nos deja tiempo que dedicar a lo importante. Así pues, aprovecharé hoy para hacer una breve reflexión sobre las últimas cifras de desempleo a fin de poder aclarar si significan que estamos saliendo ya de la crisis o no.

Después de varios años en caída libre, con breves momentos de freno que después se descubrían como meros espejismos temporales, a estas alturas se puede decir que 2014 está siendo el año en el que por fin se ha tocado fondo. Los datos oficiales del Gobierno así parecen indicarlo. Que ya no se destruye empleo al ritmo de antes es una realidad, pero eso no significa que estemos saliendo de la crisis. Podemos estar saliendo o no, eso ya lo veremos, pero lo único que significa realmente esta situación es que ya no se destruye el mismo empleo sencillamente porque apenas queda empleo que destruir. Es decir, es posible que se haya tocado fondo, y prueba de ello sería (dicen algunos) que estando tan abajo una mínima subida del PIB supone creación neta de empleo, cuando antes era necesario crecer al menos al 2,5% para que eso sucediera. 

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Ahora bien, con los datos en la mano, ¿se puede decir realmente que se está creando empleo neto?

Para sacar conclusiones al respecto hay varios puntos que conviene tener en cuenta:

1.- El paro registrado no es el paro real. Es sabido que muchos desempleados desisten de apuntarse al desempleo (sobre todo en situaciones como la presente, en la que la eficacia de las oficinas públicas de empleo es mínima), además de que hay muchos jóvenes que buscan su primer empleo y que no están reflejados en los datos de paro registrado. Por eso los actuales 4.419.860 parados registrados (cuando Mariano Rajo accedió al poder en 2011 había casi los mismos: 4.422.359) hay que cogerlos con cautela, pues el paro real es superior. Además hay muchos trabajadores que han decidido buscarse la vida en el extranjero, lo que altera también los datos oficiales. En sentido contrario, es cierto que hay al rededor de un 24% de economía sumergida, pero no es menos cierto que las cifras eran similares hace tres años y también que había más del 20% antes de la crisis, por lo que ese dato por sí solo no explica la diferencia. 

Por todo ello, aunque los datos de la Encuesta de Población Activa (la EPA) son más ilustrativos que los del paro registrado, en realidad los datos más relevantes son los de la afiliación a la Seguridad Social, pero sólo si son analizados en su totalidad, claro, porque si sólo nos fijamos en el dato aislado de afiliación, nos engañaremos, como luego veremos.

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2.- Ha descendido la población activa. Este dato es muy importante: hay 22,97 millones personas activas (232.000 menos que en el trimestre anterior), es decir, menos de la mitad de la población total del país, pero de ellas sólo 16,74 millones tienen empleo, por lo que son estos los que con sus ingresos tienen que mantener no sólo al resto de la población (recordemos que las pensiones de los jubilados se pagan con los ingresos de los cotizantes actuales), sino sobre todo a este Estado verdaderamente ruinoso y despilfarrador que les sangra a impuestos. Una situación difícil de mantener a corto plazo, complicadísima a medio e imposible a largo… 

3.- Han descendido los salarios. Los empleos creados están normalmente peor remunerados que los que se destruyeron durante la crisis, por lo que los trabajadores que tienen la suerte de tener empleo se encuentran en peor situación que antes para hacer frente a sus gastos ordinarios: alquiler o hipoteca, alimentación de la familia, transporte, seguros, etc. La antigua «clase media» se ha empobrecido, y los trabajadores se han «proletarizado» más, por lo que son mucho más pobres que antes aun trabajando igual… 

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4.- Los contratos fijos a tiempo completo se sustituyen por nuevos contratos temporales a tiempo parcial. Este dato es uno de los más importantes, ya que distorsiona notablemente los datos de afiliación a la Seguridad Social: en principio ha aumentado el número de cotizantes, pero en realidad las horas realmente cotizadas apenas varían (prueba de ello es que los ingresos por cotizaciones sólo han aumentado un 0,43% pese a que se aumentaron las cotizaciones), lo que significa lisa y llanamente que donde antes había dos trabajadores fijos a tiempo completo ahora hay tres temporales a tiempo parcial haciendo horas complementarias (que no extraordinarias, gracias a las últimas reformas laborales de Rajoy) para trabajar lo mismo o incluso más que antes, sólo que con empleos más precarios y peor remunerados. ¿De qué sirve que haya más cotizantes si al final las horas cotizadas son más o menos las mismas? A eso se le llama repartir la pobreza…

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La contratación temporal alcanzó en julio el 93,1% (algo a lo que el periodo estival también ayuda), y la contratación a tiempo parcial, tan fomentada por el gobierno del PP, supone ya el 38,2% de todos los contratos firmados, un porcentaje nunca alcanzado antes. Esto es señal clara de que en realidad no se ha creado empleo, sino que se ha repartido el que había un poco más, por lo que el problema de fondo subsiste.

El sistema capitalista no ha encontrado la solución a la crisis y camina dando tumbos de un lado para otro, sin encontrar soluciones reales sencillamente porque no las puede encontrar sin poner en evidencia sus propias contradicciones y fallos sistémicos. Hablar de fomentar el crecimiento a base de facilitar el crédito es un suicidio: ¿cómo vamos a aumentar más el crédito cuando tenemos una deuda total tan grande? Eso es como pretender apagar el fuego echando más gasolina a las llamas, pero como no son capaces de afrontar la gran tarea de cambiar de sistema económico, nos les queda otra «solución» que la huida hacia adelante. ¿Acaso esa idea del crecimiento constante e indefinido no es una simple ilusión imposible de mantener de forma permanente? Ciertamente, gran parte de esa deuda es dinero ficticio y lo importante, lo que de verdad interesa a los usureros del capitalismo internacional, es que paguemos puntualmente los intereses de la deuda (eso sí es dinero real) y mantenernos esclavizados mientras tanto, pero ya sabemos que los gobernantes no son políticos al servicio de los ciudadanos, sino que siempre harán lo que interese a sus verdaderos amos (los grandes capitalistas que les financian, les ponen y les quitan). 

El problema del paro no va a encontrar solución satisfactoria en el actual sistema capitalista. Es hora de mirar al futuro con valentía, ofreciendo alternativas reales y profundas. Los parches para «ir tirando» ya no dan más de sí. Son aspirinas y antibióticos que pueden calmar momentos ocasionales de fiebre y dolor, pero el cáncer no desaparece con ese tipo de tratamientos.

Estamos en la cuerda floja, tan al borde del abismo como al borde del futuro (como diría José Antonio Primo de Rivera en ocasión semejante). O somos capaces de enarbolar la ilusionante bandera del mañana (como sólo los falangistas podemos hacerlo), o nos hundiremos irremisiblemente en el fango de los unos o los otros, el de los que siempre ofrecen falsas soluciones que llevan a los lugares fracasados de siempre (llámense liberalismo del PP, socialdemocracia del PSOE, marxismo diluido de IU, trotskismo bolivariano de Podemos o como se quiera, pues su camaleónica capacidad de adaptación no conoce límites).

Quien acierte con la primera nota de la melodía de los tiempos nuevos que ya se adivinan en el horizonte, tendrá como recompensa la responsabilidad del futuro. Pero para ello hacen falta visión de futuro, ilusión y coraje…, mucho coraje.

Información ofrecida por Jorge Garrido San Román en su blog Clamar en el Desierto.

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