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Pérez Reverte: «Los jóvenes son manipulados porque no saben lo que fue la Guerra Civil»

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«Quise escribir sobre la Guerra Civil como Manuel Chaves Nogales se la hubiera contado a sus hijos». Así lo ha declarado Arturo Pérez Reverte en la presentación este 6 de noviembre 2015 de su último libro ‘La guerra civil contada para a los jóvenes’ (Alfaguara) en el museo ABC de Madrid, compuesto de un breve texto con magníficas ilustraciones de Fernando Vicente. 

PD / -La Guerra Civil…- de Arturo Pérez Reverte intenta no caer en la trampa de ‘buenos y malos’, «porque en la guerra la condición humana se manifestó con esa vileza de querer ver al enemigo exterminado«. Un texto que no cuenta nada que no sepamos, puro, simple… ¿pero efectivo?

«Creemos que al ocultar la realidad a los niños les protegemos, pero lo que estamos es haciéndolos ignorantes. Por eso quería huir de esos clichés de la trinchera. Esos que dice que, si tu eres nacional, no tienes ninguna virtud y, si eres rojo, no puedes ser valiente«

«Hay un golpe de Estado ilegítimo contra un gobierno legítimo con la intención de cargarse la República.A partir de ahí comienza una Guerra Civil sangrienta donde se cometen atrocidades en todas partes. Hay cunetas en los dos bandos, aunque hay más en uno de ellos, que, además, prolongó la represión durante 40 años«

El problema del libro de Reverte es que pretende explicar una guerra en pocos párrafos y eso al final conduce a algo parecido a un cuento infantil al que se le saltan todas las costuras.

Reducir las causas de la guerra a que «había mucha pobreza, incultura y desigualdades con clases dirigentes acomodadas y grandes masas necesitadas» como hace Reverte al comienzo del libro es convertir lo complejo a simple y lo simple en absurdo.

La explicación que dio Arturo Pérez Reverte de por qué no entró en todos los hechos de violencia que precedieron a la guerra deja muchas dudas: 

«No podía entrar en todos esos temas. Lo difícil de este reto es que quien lea esto pueda entender la guerra y el contexto sin mencionar la larga sucesión de hechos«

Más extraño todavía resulta la interpretación de Reverte sobre las causas de la guerra cuando se compara este libro con un artículo titulado ‘La guerra civil que perdió Bambi’ (El Semanal – 15/10/2006) en el que descarta la versión de que la guerra haya sido entre ricos y pobres:

Si de pequeño no creí lo de la Cruzada y la espada más limpia de Occidente, no pretenderán que me trague ahora lo del pueblo en armas en plan Bambi: aquí la buena gente proletaria, y allí espadones y señoritos. Mi padre y mi tío, verbigracia, eran chicos de buena familia, pero defendían a la República. Entre otras cosas, porque el pueblo eran muchos pueblos y muchos hijos de vecino, y cada cual, según le iba o donde caía, era de su padre y de su madre.

HECHOS QUE NO APARECEN EN EL LIBRO

Reverte sabe perfectamente que sin el golpe de Sanjurjo, los sucesos de Casas Viejas, el sangriento octubre de 1934 en Asturias, la quema de iglesias o el asesinato de Calvo Sotelo no se entiende el hundimiento de la República y la sublevación de Franco. No haber mencionado ninguno de esos hechos sitúa a este libro más cerca de la literatura infantil que de la historia.

Pese a todo, el objetivo de Reverte es loable al insistir en que a los jóvenes se les escamotea la Guerra Civil en la escuela:

«Lo que he pretendido es que un alumno, partiendo de este territorio objetivo, alentado por un profesor, por sus padres o por él mismo, pueda después ampliar el territorio. El problema es que la generación que hizo la Transición no había vivido la guerra y se la habían contado testigos directos. Mi generación tiene fuentes directas de lo bueno y de lo malo de los dos bandos. Al borrarse esa memoria, no quedan más que los clichés, una trinchera en torno a la que se articula cualquier memoria. Un joven de ahora puede ser manipulado porque no tiene los datos objetivos, no sabe qué fue la Guerra Civil«

«O bien son todos fascistas malvados y perversos, o bien son hordas sin Dios, sin amo y sin ley«

«Hasta la gente de derechas asume que Franco fue un dictador y que su régimen fue largo y duro con una gran represión. Después la represión fue más atenuada, pero fue represivo hasta el final. En este libro, no obstante, me limito a mostrar a Franco como la cabeza de una máquina militar con un mando único, centralizado, férreo«

Un periodista del diario Público le preguntó sobre si se deberían localizar y exhumar las fosas comunes que albergan los cuerpos de miles de republicanos desde la Guerra Civil. Reverte, o mejor dicho, su doble que ahora escribe libros para niños, evitó entrar en polémicas: 

«Los dos bandos tuvieron cunetas, aunque uno más que otro. Los que ganaron sacaron a sus muertos en el ’39 y los otros deberían poder sacarlos. No es por memoria histórica, es por sentido común. Es justo y necesario. Me extraña que haga falta una ley para que triunfe el sentido común«

El Reverte auténtico hubiera dado esta otra respuesta que pertenece al artículo citado más arriba. Recuerden que el año es 2006 y estamos en pleno desembarco de la Memoria Histórica de ZP: 

Tengo verdaderas ganas de oír, en boca de estos cantamañanas aficionados no a desenterrar muertos, sino rencores, que el franquismo sometió a España a una represión brutal, cierto; pero que, de haber ganado la República, sus fosas comunes también habrían sido numerosas. Que ya lo fueron, por cierto, aunque ahora se cargue todo en la ambigua cuenta de los incontrolados. Y no digamos si hubieran vencido los tipos duros del partido comunista, entonces férreamente sujeto al padrecito Stalin; pregúntenselo a don Santiago Carrillo, que de ajustes de cuentas con derechas e izquierdas sabe un rato.

¿Y qué le habría contado Chaves Nogales a sus hijos sobre la Guerra Civil? Que el 8 de agosto de 1936 escribió uno de los mejores artículos periodísticos que se recuerden sobre el comienzo de la guerra en el diario argentino La Nación. Allí se atrevió a pronosticar el desenlace de la guerra: 

«Los revolucionarios [los militares sublevados] serán fatalmente derrotados. Cuanto mayor sea su resistencia mayor será la victoria del pueblo. En veinte años no se alzará en España una sola voz capaz de defender lo que hoy dicen los sublevados«

El franquismo jamás se lo perdonaría. Murió exiliado en Londres a los 46 años.

Información ofrecida por el diario Periodista Digital.

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