SABE EL PUEBLO ESPAÑOL QUE QUIERE EL NACIONAL SINDICALISMO
¿ES POSIBLE EN UN MUNDO CAPITALISTA?, ¡SI¡
Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
Me temo que la marca falangista que se presenta a las elecciones de junio 26, no ha insistido -o no me he dado cuenta-, del completo mensaje económico de su propuesta social. Cuando otras formaciones no se esconden a la hora de lanzar sus ofertas en economía y gestión social, observo con clara nostalgia como nuestro discurso se centra en temas, digamos muy etéreos, sin centrar su palabra en lo que realmente compone el quid de la cuestión electoral, como es en todos lugares y en toda época, y lo que piden los ciudadanos: las soluciones económicas que ofrece la falange a través de su doctrina nacional sindicalista. Me parece- y quizás esté desinformado por lo que pediré perdón, que nos vamos por las ramas y no se concreta, por ejemplo, ¿Decimos que falange propone la propiedad de las empresas en los trabajadores?. ¿Decimos que las fincas inexplotadas Pasen a manos de los jornaleros? Aseguramos que las plus valía del trabajo (los remanentes de la producción una vez cubiertas las obligaciones laborales y fiscales) reviertan en lodos los que intervienen en el proceso de producción? ¿Hablamos que en una sociedad nacional sindicalista, ninguna familia necesitada carecerá de una casa digna?. Prometemos que ningún estudiante, quedará sin cobertura plena (becas, libros, desplazamientos, etc.), si gobernáramos los falangistas.
La gente quiere saber que es lo que proponemos, cuales son las propuestas concretas, porque las promesas generalistas, son eso, palabrería que so se sabe muy bien que es lo que dicen. ¿Hemos expuesto claramente en nuestros mitines o reuniones, en nuestro programa, que pretendemos mediante leyes democráticamente aprobadas, un Crédito Nacionalizado, y promover una banca al menos que evite usuras, desahucios, pignoraciones?; ¿Podíamos haber anunciado leyes encaminadas a que , en principio de manera voluntaria y luego por medio de una legislación igualmente sometida a aprobación congresual, las micro empresas privadas se transformaran en empresas sociales, sindicales o familiares?
¿Hemos defendido el Sindicato de Empresa, de modo que los trabajadores discutan su problemática en el seno de su empresa, sin tener que someterse al dictado de las seudo organizaciones sindicales de corte horizontal?. ¿Se ha dicho con la fuerza de sus acciones que no aceptamos atentar contra la vida humana en su principio ( el aborto) o en su final, (La eutanasia activa)?. Bien, quizá haya mucho que opinar en esto que escribo, y tal vez todas estas demandas se han explicado por derecho y por revés, y no hemos llegado al pueblo, pero sigo sospechando que se ha sido excesivamente prudente o ambiguo a la hora de decir lo que somos y lo que queremos. Otra cosa es que pienso, y seguro que me gano una reprimenda monumental, es que los falangistas creen poco en su ideología, en su doctrina, en su mensaje. Y desde luego nos falta compromiso, por lo menos a unos cuantos.
Parece como si en los falangistas hubiera miedo de decir qué somos y qué queremos. Sin embargo los demás, los otros, no titubean a la hora de dar la cara en la calle.
Los Falangistas no saben transmitir Nacional-Sindicalismo porque lo suyo es el culto a la personalidad de Primo. Los Nacional-Sindicalistas Revolucionarios ya abandonaron FE en 1935.
Sr. Eduardo López Pascual, todas esas cosas que vd. apunta en su escrito y muchas más (y más rabiosamente actuales) se han dicho en campaña. Si tiene, por ejemplo, la paciencia de embaularse el vídeo de las intervenciones del día del cierre de campaña en Madrid, no me negará que los que hablan no están «enchufados». Le invito, especialmente, a que oiga las palabras de Jorge Garrido, presidente del sindicato UNT.
Uno de los problemas (aparte del de la dispersión y esquizo/confusión reinante) es que el mensaje no llega porque carecemos de «masa crítica» para acceder a medios e incluso para crear los nuestros propios. La gente, sr. López Pascual, no nos está esperando, métase eso en la cabeza. Se limita a ponerse las zapatillas, el chandal y enchufar la «caja tonta». Sin las televisiones vomitando nuestra matraca no somos nadie. No existimos de la misma manera que décadas atrá no habías existido si tu esquela no aparecía en el «ABC».
Estará de acuerdo conmigo, sr. López Pascual, en este dato fundamental: sin televisiones UPYD se ha ido literalmente al sumidero; sin televisiones Vox no llega, incluso reconquistando el Peñón a garrotazos; sin televisiones Podemos sería una secta trotskista extraparlamentaria más, como el sucede a Olivier Besancenot y su Partido Anticapitalista en la vecina Francia.
El mensaje llegará, sr. López Pascual, cuando los falangistas (y los social-patriotas por extensión) se metan en la mollera qué terreno estamos pisando, que uniones y alianzas hay que establecer (llevamos décadas de retraso en la construcción de un Frente Social y Nacional en España) y de qué instrumentos dotarnos para comunicar y así (poder empezar a) permear la sociedad.