Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
Se han tirado encima del candidato republicano Trump como buitres sobre los pobres despojos de unos animales tendidos en la tierra. La prensa correcta con el discurso políticamente correcto, no ha dudado en anatemizar con todas sus fuerzas el desliz. grave, pero desliz del aspirante actual a la Casa Blanca de los Estados Unidos. Y es verdad que el malo de Trump cometió hace muchos años, un deleznable relato sobre sus conquistas femeninas y, desde luego, un perverso comentario acerca de las mujeres, cierto. Y a eso hay que oponer una respuesta clara y contundente.
Sin embargo pienso que esos progresistas de salón no pueden ser los adalides de ninguna reacción contra el político americano, cuando, en España tenemos más que sólidas pruebas de la hipocresía de quienes se rasgan las vestiduras por una metedura de pata, ya decana, y solo traída para hacer daño político y personal. Que en nuestro país, haya políticos – en activo-, como el podemita Iglesias que presumen de su deseo de ir a cazar fachas, por ejemplo, o lamentar no haber roto más huesos en una trifulca estudiantil, no merece la más mínima credibilidad y, no obstante, los Mas Medios españoles nunca pidieron su dimisión, nadie – y menos de su partido-, amenazaron con irse. La prensa española, las cadenas de TV, los analistas políticos no se dieron por enterado con la fuerza que debieran.
Otro espectáculo, escándalo, esta vez de la mano de su Secretario de organización y Diputado nacional como el sr. Echenique, de Podemos, se descargó con aquel vídeo en donde alababa “la domingas” de una señora, algo que por lo visto no tenía ninguna importancia para estos censores de Trump, con lo que la verdad, se retrataban o retrataban la doble vara de medir, que yo califico como grave hipocresía de la Progresía hispánica. Por supuesto, hay que criticar y critico las “rajadas” del candidato yanqui, pero por eso mismo habrá que pedir la expulsión de los políticos españoles que no cumplen las más elementales normas de respeto personal e institucional. Seamos coherentes.