Por José Tomás Cruz Varela
Podemos, y más concretamente su resentido líder, Pablo Iglesias, lo único que consiguió con su absurda y patética «moción de tortura» fue cosechar otro fracaso más, pretendiendo ocupar inútilmente espacio televisivo, otra de sus obsesiones, que entre sus tres horas seguidas de intervención en el Parlamento, mas las dos de su correligionaria Irene Montero, lograron aburrir (ahora parasitar) a las centollas, sin aportar ninguna novedad y prolongando en exceso su respectivo «show», lo que motivó que sus señorías recurriesen a los móviles y los más cultos al libro de turno. Cuando la argumentación de orador y oradora se repiten tan machaconamente, pierden todo interés y solo generan rechazo.
A la perorata de Iglesias le faltó ingenio, utilizando además y por recomendación de sus aseares un tono de voz suave que no es el suyo, con lo cual si cabe todavía resultó más soporífero, unido a una manifiesta e intencionada pérdida de tiempo, que con 30 minutos bien aprovechados habría resultado más que suficiente. De seguir con la misma técnica, la opinión más generalizada consistió en que tras su manifiesto despropósito, el más favorecido será Mariano Rajoy quien podrá terminar con mayor tranquilidad su segunda legislatura e incluso plantearse una tercera…
Podemos no ha digerido todavía que perdió un millón de votos, con el agravante de que según los últimos sondeos de opinión, dicho descenso continuará incrementándose con los votos que en su día pudo arrebatarle a los descontentos del PSOE. El prolongado abuso de la política espectáculo ya no produce el efecto inicial sino todo lo contrario, como igualmente sucede con su reiteración argumental que le impedirán superar a los socialistas y por ende pasar a un dudoso tercer lugar.
Irene Montero, se limitó a leer un pormenorizado y documentado informe sobre la lamentable corrupción del PP, elaborado por sus asesores con la documentación extraída de la prensa escrita, utilizando un tono agresivo, faltón y gritón para justificar su papel en la Moción de Censura pero nada más.
Para Sánchez (PSOE) la moción de censura de Podemos, opinó que supone un ejercicio de expectativas frustradas para los ciudadanos que aspiran a un cambio político en España. Tales declaraciones no comprometen su carrera hacia el poder. Reconoce que existe un amplio colectivo de la sociedad que demanda un cambio, dando a entender que esa será su ocupación preferente. Cada vez está más claro que el PSOE no está dispuesto a pactar nada con los partidos independentistas, lo que imposibilita cualquier acuerdo entre socialistas y podemitas. A Sánchez le resultaría muy difícil explicar una posible vinculación con un partido defensor del derecho a decidir en Cataluña e igualmente con formaciones secesionistas como ERC y Bildu.
Finalmente, ratificar una vez más que la Moción de Censura de Podemos, tal como fue concebida por Pablo Iglesias ha supuesto un descrédito total para propios y extraños y una lamentable pérdida tiempo, dinero y categoría para la clase política española en general. El seguimiento a través de la TV ha sido ridículo y la ausencia de comentarios entre ciudadanos, familiares, amigos, etc. prácticamente inexistente. A este paso con tan ridículos y desafortunados experimentos provocará que Podemos termine siendo considerado como un partido testimonial dentro del arco parlamentario español…¡¡ Tiempo al tiempo!!