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Necesitamos líderes (los falangistas)
Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
Estoy comprometido con la Falange Española desde la caída del anterior régimen, en 1975, en que tras un breve periodo de tiempo en Falange Española de las JONS, dirigida por Raimundo Fernández Cuesta, me afilié a la Falange Española de las JONS Auténtica, por razones personales de fidelidad al mensaje Joseantoniano, bajo la presidencia de Pedro Conde y, la presencia de Narciso Perales y Miguel Hedilla, que representaban, al menos para mí, la coherencia militante del Nacional Sindicalismo. Solo la pertenencia del que fuera III Jefe Nacional de Falange Española, Narciso Perales, acompañado por los carismáticos Conde y Hedilla, fueron para mi argumento más que suficiente para incorporarme en cuerpo y alma a la fidelísima nueva imagen de los falangistas.
Además, quiérase o no, los responsables de aquella primera Auténtica de finales de los setenta y primeros de los años ochenta, tenían no solo la responsabilidad sino algo muy importante como era personalidad, carácter de líderes, y carisma, que debiera de ser un elemento insustituible para encabezar un proyecto político nacional.
En otra parte, otra formación falangista tenía a Diego Márquez como banderín de enganche porque el que fuera presidente de los Círculos doctrinales, poseía también -no voy a negarlo-, condiciones para ser líder de su partido. Ocurrió que los problemas que siempre han acosado a los falangistas como la ansiedad, aspiración o deseo de heredar el ideal del Fundador de Falange Española, más las graves equivocaciones que todos tuvimos, incluso los afiliados de a pie, hicieron o hicimos inviable, el asentamiento de Falange Española en nuestro sistema democrático. Algo que nos barrió del arco parlamentario, y si encima, esa actitud hizo desparecer a nuestros líderes, parecía clara nuestro descenso a los infiernos políticos. La tercera visión falangista, dirigida por Sigfredo Hillers tampoco evitó las luchas domésticas; y al final, la Falange Española se encontró huérfana de hombres con la exigente categoría social y política como para conseguir un reconocimiento que hoy brilla por su ausencia.
Falange en la actualidad carece de personas con una reconocida presencia política: huérfana de Líderes con el carisma necesario para que miles de camaradas notaran la oportunidad de seguir, para recobrar cuando menos, el respeto que merece una doctrina como es el Nacional Sindicalismo. Nos faltan líderes, alguna otra formación azul como pueda ser el Movimiento Falangista, Falange Auténtica o esa fantasmagórica Falange anti capitalista que lleva Ynestrillas, no ayudan a encontrar esa persona capaz de aglutinar desde su prestigio personal, desde su peso social, desde su entidad política el puesto que todos los falangistas suspiramos.
Cierto que quienes hoy llevan el peso de la responsabilidad falangista, tienen por mi parte, el cariño y la mayor consideración por su fidelidad y su entrega a la causa nacional sindicalista, pero eso no es óbice para observar que tienen muy poco o ninguna importancia institucional o política, y ni siquiera social, quizás porque no han podido convencer de nuestra diferencia, absoluta, con unos grupos reaccionarios que usurpan banderas y símbolos. Nuestros líderes, por acción u omisión, pasan sin peso ni gloria por la sociedad española, y es que, con tristeza, veo que no están en el mundo de la política. Carecen en definitiva del reconocimiento expreso del pueblo. Y hasta que el edificio falangista no tenga ese líder, ese guía y ese hombre o mujer que concite la atención de los españoles, me temo que continuaremos caminando solos.
También te interesa ver la siguiente información relacionada pinchando en el enlace —SABE EL PUEBLO ESPAÑOL QUE QUIERE EL NACIONAL SINDICALISMO—
Necesitamos líderes. Es urgente que nos conduzca una potente personalidad, con nombre, con fuerza social, con evidente fama o prestigio que haga posible el renacimiento de Falange Española. Y todo esto dicho sin acritud y sí con todo el respeto del mundo. Claro que hoy resulta difícil el encontrar alguien de esas características, y pocas personas darían un paso en pilotar una nave tan averiada, pero naturalmente, existe, hemos de buscarla y hacer que como dice nuestra canción, en Falange vuelva a amanecer.
El Nacional-Sindicalismo son las Juntas elegidas por las bases mediante democracia directa sindical, por eso siempre hemos procurado la formación y preparación de los militantes de bases.
FE desde 1935 se ha caracterizado por el culto a la personalidad del líder y la falta de democracia interna, directa y sindical; este ha sido el motivo de su decadencia. El autor sigue reivindicando métodos y tiempos trasnochados, fracasados.
Deseamos que la coalición electoral iniciada por los partidos denominados Falange más mayoritarios, abierta a otros Partidos Social-Patriotas, sirva para difundir y presentar unos mínimos de Nacional-Sindicalismo como alternativa política. Tienen los mejores deseos y ánimos de los Nacional-Sindicalistas Revolucionarios.
Jefes No! Juntas Si!
Lo único que buscas es un Frente Fascista olvidando lo que realmente es Falange Española.
En el escrito se explica muy clarito hasta que Falange y los falangistas -excluyendo aqui los fascistas como tu- no consigamos llegar al pueblo español con un líder que realmente tenga ese carisma de liderazgo será muy complicado el avance de Falange.
Los líderes son fundamentales para que los proyctos políticos avancen de forma importante.
Me temo, que uno a mandar y otros a obedecer, es el fascismo real. En fin…
Según comenta el autor del texto Falange necesita líderes. Es cierto que en la actualidad los denominados líderes no tienen ese potencial que se necesita para atraer a los españoles hacia las filas de Falange.
Cuando Falange consiga esos líderes que tanto necesitamos los falangistas serám imparables. Hasta entonces que cada uno trabaje en la dirección que pueda…
Hace falta preparación política de las bases, de todos los militantes, no de los cabeza.
Aunque de momento los dos máximos representantes, de las dos Falanges mayoritarias, han iniciado una coalición electoral y se han sumado dos partidos Patriotas más. Esto es positivo sobre todo porque habrá que contar con las bases.
De acuerdo con el autor del texto.
Los falangistas necesitamos ese líder o esos líderes capaz de aglutirnas a todos en una empresa fuerte para llegar al pueblo español y conseguir la Revolución pendiente.
No hay que esperar nunca líder o líderes mesiánicos, hay que prepararse políticamente, cada uno en su sitio es el mejor. Los líderes suelen ignorar a las bases y se quedan solos mirándose al espejo. Se convierten en «auténticos» dioses de si mismos.
Me parece bien la coalición electoral que se va a presentar y mi voto será para esta candidatura patriota. Y me da igual que me llamen franquista, fascista, pepero o podemita. Simplemente soy un español que ama a su Patria y ésta siempre estará por encima de los partidos políticos y mi voto siempre será para quien defienda a España.
Muchos tenemos la nostalgia de la ortodoxia… Recordamos el «fralangistómetro» de Sigfredo( Q.E.P.D). Y en esa espera van desapareciendo los mejores…
En los momento de crisis aterradora, como los que sufrimos, habrá que apretar los dientes y compartir nuestra tienda de campaña con otros amigos. Y a esos amigos, en los «·fuegos de campamento» escucharán los cantos de libertad, de justicia y de patria que nos encandilaron hace decenios.
Y ellos terminarán cantándolos a coro.
Yo también he salido de FEJONS por culpa de la mediocridad de los responsables de mi zona; por la indiferencia del mando nacional y por la malhadada coalición.
No estoy de acuerdo en que Falange necesite líderes, estos desaparecen más tarde o más temprano. Además, disponiendo de una doctrina como el nacionalsindicalismo, única alternativa a cualquier sistema de gobierno, podría avanzar sin líderes. No necesitamos más líder que el pensamiento de José Antonio que nunca ha de morir. Lo que necesitamos son falangistas que no antepongan su ego al servicio a la causa, es decir, necesitamos buenos gestores a todos los niveles. Gente hay, pero los jefecillos ineptos jamás permiten que le hagan sombra aunque para ellos tengan que sacrificar a la propia organización. Por supuesto, el mejor gestor debe ser el Jefe Nacional y no es el caso, precisamente.