Las pateras son el negocio del siglo XXI para las mafias
Por Erik Encinas Ortega para El Municipio
España ha pasado a ser uno de los destinos preferentes para la inmigración ilegal. Sin ir más lejos, la mañana de este 15 de junio había unas 30 pateras cargadas de seres humanos en una situación de alto riesgo y en condiciones infrahumanas, en dirección a Algeciras y Tarifa, según informaciones policiales a las que he tenido acceso. Y no les importa morir en su intento de llegar a las costas españolas.
El problema no es ‘Aquarius’, porque sería ridículo ceñirlo sólo a eso, ya que la problemática es de una magnitud mucho mayor tanto por el elevado coste que supone a la sociedad española como para los propios inmigrantes que vienen con una mano detrás y otra delante, y en la mayoría de ocasiones con enfermos graves de sarna y otras enfermedades delicadas, que muchas veces no pueden ni ser directamente atendidas en las comisarías por los médicos, donde no les quepa duda cada vez que llegan inmigrantes son el centro de todas las miradas.
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Pero si hay alguien que está sacando muchos réditos de toda está crisis humanaría, son sin duda las mafias, porque cobran grandes sumas de dinero a los inmigrantes para llegar a España, y de momento son muy impunes, fundamentalmente debido a la falta de soluciones para poner fin al negocio que llevan entre manos estas organizaciones criminales.
Por lo tanto, para el crimen organizado es su gran negocio del siglo XXI, aunque no son los únicos beneficiados de esta dramática situación, ya que hay organizaciones bajo sospecha ahora mismo de cobrar por inmigrante rescatado, como por ejemplo Salvamar, que supuestamente por cada inmigrante que logran rescatar habrían cobrado 90 euros.
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Además, todo esto ocurre mientras el número de hogares pobres aumenta considerablemente en Cataluña, Madrid y Baleares en diez años. Y lo peor es que la pobreza sigue avanzando sin parar. Así que la crisis humanitaria es también una realidad evidente, porque miles de españoles ya son pobres, mientras más víctimas de crisis humanitarias quieren venir a España.
En definitiva, está terrible problemática debe abordarse con soluciones a medio y largo plazo que traten el tema en su totalidad y de forma eficiente, ya que si seguimos así España se verá desbordada y caerá en la miseria absoluta. Algo que personalmente no deseo en ninguno de los escenarios posibles ni para los españoles ni para todos los inmigrantes que vengan al país.
