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¡Qué gran fallo, que inmensa inacción!

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mirada falangistas. Ojos con el yugo y las flechas
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¡Qué gran fallo, que inmensa inacción!

Por Eduardo López Pascual para el municipio.es

Este día 12 de octubre del 2020 día de la Hispanidad, en que el partido de la derecha Voz se manifestaba por las calles de Madrid, y en otras ciudades españolas, en contra de un gobierno falaz y traidor, nominadas por un PSOE y un comunismo disfrazado,  lo recordaré, o lo recordaremos los falangistas, por un doble error por parte de los responsables nacional-sindicalistas, al no tener ni capacidades políticos para enarbolar sus banderas ante el grave deterioro de nuestro país, y el fallo incomprensible de no salir a la calle con sus reivindicaciones de años.

Algún purista, falangista, diría que no se quiere de ninguna manera que nos confundan con el citado partido, como ha hecho el PP por miedo a que lo llamen fascistas, pero eso a la hora de hoy, no puede ser motivo de excusa por cuanto es un adjetivo ya desacreditado. Lo que importa ahora es preguntar por qué los grupos falangistas, quedan al margen de una reacción racional, sensata y democrática frente a un ejecutivo que nos lleva a un estado de confrontación permanente y a un deterioro social como nunca podíamos imaginas.

Creo que los falangistas han abandonado sus deberes de protesta, dejándolo a otros, cuando deberíamos estar en cabeza de las protestas, disensiones y manifestaciones, así como preparar mediante declaraciones- todo en un tono democrático-, que den idea de nuestra posición y nuestro programa.

No estar presentes en esta coyuntura política es algo que no es de recibo; tenemos que reprochar a nuestro dirigente, que, de manera increíble, permanece callados y hasta mudos seguramente porque no confían en sus bases militantes. La verdad es que no veo a nuestros camaradas ni claro, a sus dirigentes con capacidad para liderar ninguna reivindicación y eso, es imperdonable en cualquier formación política. ¡Como nos hemos dejado comer el carácter primigenio de la Falange Española¡

¿Es que hemos renunciado a ofrecer el mensaje joseantoniano? ¡Oh que buena doctrina si hubiera un buen seguidor¡

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