Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
Hace tiempo que ya escribí negro sobre blanco si la nueva formación política llamada Podemos, tenía algo de común con el mensaje que desde Falange venimos ofreciendo desde los discursos inolvidables de José Antonio Primo de Rivera. Y a veces me pregunto si esto, que de una manera grosera, en el sentido menos peyorativo de la palabra, lo ha dicho el general Fernández Monzón Altolaguirre- amable tertuliano en algunas televisiones, furibundo monárquico, y pienso que permanente enemigo de Falange Española, desde siempre-, se ajusta de un modo u otro a la verdad política. Hoy, dejando al margen asuntos estrictamente morales o religiosos, me reafirmo en una reflexión que me hago a menudo, como es la convicción de que efectivamente las propuestas, o muchas de ellas, que presenta Podemos, coinciden con las nuestras hasta el punto de hacer decir al general televisivo, que “Podemos no es que sea de derechas o de izquierda, sino que es neo falangismo puro”. Así como suena. Esto lo afirmaba en el programa “Rojo y negro” el 3 de noviembre de 2014.
No es que me sorprenda este ataque del militar (creo que ya en la reserva),y no sé si aprovecha esta circunstancia para denigrar al nuevo partido, o si es excusa para insultar a Falange, pero por mi parte si piensa que el programa conocido, las propuestas socio económicas de Podemos, son en alguna medida semejantes a las que defendemos los falangistas, pues mire General, no me importaría el que los dos camináramos juntos en el compromiso de rechazar las políticas que los dos partidos que se reparte el poder – hasta ahora-, nos diera a los españoles un plus de esperanza y de justicia de las que tanta falta tenemos en este país.
Es verdad que algunos temas que defiende Podemos, el rechazo frontal al capitalismo como sistema, la repugnancia a hechos como los desahucios, la condena sin paliativos a la corrupción y a los corruptos, la reforma Constitucional, la reforma de la ley electoral, etc., forman parte irreversible del contenido ideológico de los falangistas desde su fundación en 1933-34, lo cual nos hace ver que ni somos antiguos ni nuestras peticiones estén nada periclitadas. Al contrario, la irrupción de Podemos, que aparece sin la carga que tendríamos nosotros por ser herederos de una colaboración, claro que circunstancial, con un régimen de dictadura, demuestra que aquella “Revolución Pendiente”, de la que hablaban nuestros mayores, tiene vigencia y actualidad. No sé, ni lo puedo asegurar, que esa nueva formación política nos haya copiado, pero cualquiera que haya leído la doctrina falangista en materia social y económica, estará de acuerdo en que al menos se parecen bastante.
Es por esto que cuando menos Falange Auténtica (FA), que tiene a gala el conformar una Falange a la altura del siglo XXI, una formación de progreso (no progresista) y democrática, no debe de caer en la tentación de sumarse a los que quizás por temor o por envidia, se abocan a una crítica irracional y apolítica, acusándolos de populistas y demagógicos. Es una falacia. Si querer transformar una sociedad como la española, tan corrompida y tan sucia moralmente, en otra realidad más limpia, honesta y participativa, estaremos a su lado, quizás no juntos, pero sí andando por las mismas sendas de renovación o revolución; como ellos, los caciques y corruptos, lo quieran entender. FA, Falange Autentica, no se siente amenazada sino al contrario, esperanzada, porque alguien al fin, ha comprendido la verdad de su mensaje.