Por José Lorenzo García
Orígenes.
En el teatro Arlequín de la Gran Vía madrileña se exhibe, desde hace unos días un espectáculo musical muy cuidado y atractivo (LA PRINCESA ROJA) donde se realiza una introspección sobre la vida más personal y más humanizada del fundador de Falange Española.
Más información:
– Álvaro Sáenz de Heredia entrevistado por elmunicipio.es
– Mi princesa roja: Las amantes de José Antonio Primo de Rivera
– La Romántica: La novela que la Princesa Bibesco dedicó a José Antonio Primo de Rivera (ebook)
Este proyecto, que tuve la oportunidad de conocer hace un par de años, y que sin duda traerá una cierta controversia social y política tanto de los ortodoxos como de los heterodoxos, me parece muy serio, moderno y actual y creo va ha permitir, por vez primera en la historia de España, dar a conocer a todos (jóvenes y veteranos) a un personaje tan mitificado por sus partidarios y falsificadores, como incomprendido por sus supuesto enemigos.
El espectáculo musical trata de huir de la controversia histórico política (no es éste su sitio) y aunque parte de su asesinato en la madrugada del 20 de noviembre en el patio de la cárcel de Alicante, se centra mucho más en su vida personal más íntima. Sus primeras relaciones amorosas ya conocidas , con Pilar Azlor, la duquesa de Luna y especialmente las hasta hace muy poco totalmente desconocidas con la joven y atractiva Princesa Bibesco, que estaba casada con Antoine Bibesco, un ambiguo aristócrata rumano del circulo de Proust, que en 1932 vino de embajador a Madrid.
Esta relación fue desvelada por vez primera en un excelente libro publicado en 2005 por J.A. Martin Otin alias Petón, El hombre al que Kipling dijo si, con motivo del centenario del Fundador de la Falange (2003) que el otrora joseantoniano del FES (FRENTE DE ESTUDIANTES SINDICALISTAS) J.M. Aznar, entonces Presidente del Gobierno de España, no le pareció políticamente correcto conmemorar y se le negó hasta un modesto sello de Correos.
La princesa Bibesco, de soltera Elizabeth Asquith (1897-1945) era hija del que fuera primer ministro liberal británico Herbert Asquith (1908-1916) y hermana del director de cine británico Anthony Asquith (1902-1968. Pigmalión 1938. El Rolls-Royce Amarillo.1964). Antes de su ejecución en Alicante J.A. guardaba celosamente entre sus pertenencias un telegrama fechado en Paris en febrero de 1936: Je pensé a toi, love .Elizabeth. Manuel Azaña cuenta en sus memorias los desvelos y gestiones ante su persona de la Bibesco, para salvar la vida de José Antonio.
Aquel descubrimiento me llevó a seguir indagando acerca de ella. Era una destacada y brillante escritora que estaba conectada con al denominado circulo londinense de Bloomsbury (Keynes, W. Wolf, A. Huxley…). Encontré la novela que ella le dedicó tan cariñosamente a J.A. en 1940 (The Romantic ). En ella se detectan personajes, alusiones, pistas que nos llevan con certeza al José Antonio de antes de la fundación de F.E.
También descubrí una recopilación suya de relatos cortos, aforismos y poemas (Haven. 1951)
(Traducción de J.R. L.C.)
No me culpes si te quiero,
Échate la culpa a ti mismo, amor mío,
Seria casta si no te hubiera encontrado
Tan inocente como cualquier paloma.
No habría sabido lo que es la pasión
El divino arrebato de una beso!
Habría permanecido sola y aislada
Nunca hubiera conocido el gozo inigualable
Fuiste inspirador de mi amor propio
Por tu culpa te adoro
Cúlpate de tus besos a ti mismo
Y cúlpate si digo la verdad.
Fuiste quien trajo mi felicidad
Amor, adoración, agonía.
¿Sería mejor no habernos encontrado?
¿Mejor no haberme amado nunca?
Libreto y puesta en escena.
Realizar una pesada biografía política del personaje con inclusión de testimonios, especialmente de su doctrina, juicio y avatares de su partido político no encajaría en este género literario. Por lo tanto, el autor, ha optado por una serie de pinceladas biográficas esenciales, acontecimientos y personajes que marcaron su trayectoria: la dictadura de su padre y la monarquía de Alfonso XIII, el general Queipo, el intento de golpe de estado fracasado de Franco, la Guerra Civil, Alicante, Lorca, Azaña… Se ha ligado todo esto con una tríada de personajes femeninos: el símbolo de la muerte que aletea y dialoga en toda la obra, su primer aristocrático amor (Pilar) y especialmente lo que a todas luces parece que fue su auténtico amor: Elizabeth Asquith o la Princesa Bibesco.
Visto el espectáculo que consideramos ha supuesto un considerable acierto de Álvaro Sáenz de Heredia y su equipo, debo decir que la palma del mismo se la lleva el elenco femenino: Sonia Reig (la muerte), Cecilia Regino (Pilar Azlor) y por supuesto la protagonista indiscutible Elizabeth Asquith (Irene Mingorance).
Se ha notado la sustitución a última hora (la víspera del estreno) del actor protagonista del musical, JOSE ANTONIO (Jesús Cisneros) que parecía daba el tipo fisiognómico joseantoniano (aunque no hemos tenido oportunidad de verle actuar y desconocemos los auténticos motivos de su retirada por el foro), por un actor entrenado en el musical, Juan Carlos Barona (El fantasma de la Ópera). Efectivamente, es difícil conjugar una presencia física exacta de un personaje histórico tan conocido icónicamente con una actuación eficaz y además con capacidad vocal para cantar. Ya hace casi 50 años José Luis Sáenz de Heredia manifestaba su incapacidad para encontrar un actor que pudiese representar eficazmente a JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA, su primo, en un proyecto de obra cinematográfica.
En este musical se ha conjugado muy bien el aspecto técnico con la introducción de una serie de retroproyecciones muy eficaces,que crean un ambiente totalmente cinematográfico. El ritmo de los cuadros escénicos está perfectamente logrado .Las canciones y orquestación contribuyen a dar ligereza y brillantez al espectáculo. Algunos pequeños defectos sonoros y de iluminación son propios de todo comienzo y se subsanarán con el rodaje en muy poco tiempo.
Este magnífico espectáculo, coral, valiente y necesario, es también una lección de historia reciente española. Nunca jamás contada al gran público hasta ahora. Lástima, salvando las distancias, que el teatro Arlequín de Madrid no tenga las dimensiones y trayectoria de un Abbey Theatre dublinés o el empaque de la emblemática sede norteamericana del Actors Studio. Mi Princesa Roja se merece una continuidad brillante y duradera. ¡Enhorabuena a Álvaro Sáenz de Heredia, a su equipo técnico y a todos los actores!.
Artículo de José Lorenzo García para el portal Hispaniainfo.