Por Javier Giral Palasí
El presidente Aznar afirmó que “los que planificaron y escogieron precisamente esa fecha no andan en montañas lejanas ni en desiertos remotos”. El juez Gómez Bermúdez también afirmará que “hay cosas tan graves sobre el 11M que es mejor que no se sepan todavía y que se sepan más adelante”. Pero lo único cierto que sabemos a día de hoy del atentado del 11M es que todo lo que nos han contado es falso porque fue un golpe de estado; seguimos sin saber quiénes pusieron las bombas aquel jueves 11 de marzo de 2004 para cambiar al gobierno, tres días antes del domingo de las elecciones. Lo único real entre tanta mentira son los casi 200 muertos y 2000 heridos que hubo en aquella masacre en la que volaron simultáneamente 4 trenes, un trabajo de auténticos profesionales. Lo único real es que el Partido Popular que iba a ganar las elecciones por 7 u 8 puntos según todas las encuestas, las perdió tras este atentado y su utilización por algunos medios de comunicación. Pero mejor que hacer elucubraciones sobre quiénes fueron los autores de esta masacre, veamos de forma esquemática los datos que disponemos, gracias a periodistas como Luis del Pino, Pedro J. Ramírez, Federico Jiménez Losantos o Fernando Múgica, entre otros, para ver la vergonzosa mentira que nos han contado sobre el 11M.
LA DESTRUCCIÓN DE LAS PRUEBAS:
a) Todas las pruebas del atentado fueron destruidas en las siguientes 48 horas, y se sustituyeron por otras falsas por las cloacas del estado en la policía y el CNI. Por ejemplo los trenes del atentado fueron desguazados inmediatamente sin que conste quién autorizó este desguace, porque ante semejante ilegalidad nadie se atrevió a firmarlo, y la escena del crimen del mayor atentado de Europa fue destruida, no fue conservada como ordena la Ley de Enjuiciamiento Criminal, como sí hicieron con el tren Alvia de Santiago o los vagones del Metro de Valencia que estuvieron años almacenados. Más tarde Libertad Digital encontró un sólo vagón que se había conservado en un hangar 8 años después, pero el fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce, aunque dijo que se iba a investigar ni lo conservó ni lo investigó.
b) Más tarde los especialistas de los TEDAX declararon ante el juez que recogieron todo tipo de muestras en la escena del crimen y que después desaparecieron.
c) Todas las pertenencias y efectos personales de las víctimas fueron destruidas y quemadas en el vertedero de Valdemingómez de forma inmediata, por orden del juez instructor, Juan del Olmo. Una vez destruida la escena del crimen comenzaron a aparecer toda una serie de pruebas falsas.
LA SUSTITUCIÓN POR PRUEBAS FALSAS:
a) Mientras se iba destruyendo las pruebas del atentado, apareció 18 horas después en la comisaría de Puente de Vallecas una mochila con Goma-2 ECO que supuestamente no explotó en el atentado. En realidad esa mochila no podía explotar porque no estaba diseñada para que lo hiciera, ya que tenía 2 cables sueltos, y además porque usaba un tlf. móvil que daba menos de la mitad de la corriente necesaria para el detonador que debía hacerla explotar. Como era una prueba falsa, fabricada a toda prisa cometieron la fatalidad de incluir en esa mochila, metralla de tornillos y clavos, pero tal y como declaró la jefa de forenses del 11M, Carmen Labadía, las víctimas del atentado no tenían metralla en sus cuerpos. Sin embargo la versión oficial se basa en que las bombas de los trenes tenían las mismas características y tipo de explosivo de la famosa mochila de Vallecas, que apareció casualmente en la comisaría dirigida por el comisario Rodolfo Ruiz que más tarde sería ascendido por el PSOE en el gobierno a la jefatura de la Brigada de Información de Madrid, hasta que en 2006 será condenado a 5 años de cárcel por detener ilegalmente a dos afiliados del PP por supuesta agresión al ministro José Bono, y por el agravante de haber falsificado pruebas.
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b) Otra prueba falsa que se introdujo fue la Renault Kangoo que llevaron desde Alcalá al complejo policial de Canillas. Los policías que dieron su testimonio al periodista Fernando Múgica declararon que en aquella furgoneta no había ningún objeto que después aparecieron como pruebas de aquellos supuestos terroristas islámicos, como un Corán, una cinta coránica, una mochila con ropa con ADN o un trozo de Goma-2 ECO que a partir de entonces se consideró como el arma del crimen. Sin embargo, ni en el volante ni en la furgoneta en sí encontraron huellas dactilares ni ADN de los supuestos terroristas. Tampoco los perros de la policía olieron previamente ningún resto de explosivo en aquella furgoneta cuando estaba en Alcalá antes de llegar a Canillas. Más tarde un segundo análisis demostró que el explosivo de la mochila de Vallecas y el de la Renault Kangoo tenían diferencias en su composición.
c) La cadena SER dijo por radio que “al menos dos fuentes de la lucha antiterrorista confirmaban que se habían hallado restos de dos terroristas suicidas con tres capas de calzoncillos en los trenes”… naturalmente la información era falsa y nunca se hallaron restos de terroristas suicidas ni tampoco la SER ha querido desvelar después cuáles eran “esas fuentes”. Pero esta falsa información sirvió para dar un vuelco electoral, agitando a la calle que a continuación cercaron las sedes del PP acusando al gobierno de mentir, y haciéndolo culpable del atentado y no a los autores del mismo.
d) Otra prueba falsa que apareció en Alcalá de Henares tres meses después y muy cerca de la Renault Kangoo fue otro vehículo, un Skoda Fabia, algo más chapucero todavía ya que la policía que peinó la zona tras el 11M no tiene constancia de la matrícula de este coche supuestamente estacionado allí durante todo aquel tiempo. Fue el periodista Fernando Múgica quien demostró que el coche previamente robado a la empresa Hertz, ya había sido encontrado por un policía 4 meses antes del atentado, después desapareció para aparecer oportunamente en Alcalá de Henares lleno de pruebas falsas, como restos de ADN, que vinculaban al atentado con los supuestos terroristas islámicos. La policía le contó al juez que aquel coche había sido robado en septiembre de 2003 por un chileno que después se lo había vendido a Allekema Lamari, “El Tunecino”, pues se trataba de dirigir las miradas hacia los supuestos terroristas islamistas.
Pero tras la investigación de Luis del Pino, Fernando Múgica y el Mundo sobre aquel Skoda Fabia que alguien colocó allí, el juez Del Olmo se vio obligado a desestimarlo como prueba pero tampoco ordenó investigar quién lo colocó allí con restos de ADN de los encausados.
e) Mas extraño es todavía lo que ocurrió en el piso de Leganés. Lo primero que hay que subrayar es que aquellos supuestos terroristas no se inmolaron llevándose a unos cuantos “infieles” por delante en la explosión de los 4 trenes del 11M, como es lo habitual en los islamistas suicidas, pero sí murió en la explosión del piso de Leganés un GEO de la policía, el inspector Fco. Javier Torronteras, al que extrañamente poco después profanaron su tumba, lo mutilaron, le clavaron un pico y una pala y le prendieron fuego con gasolina. Sin embargo, la explosión del piso de Leganés no pretendía llevarse a nadie por delante, y lo sabemos porque ni la policía trató de entrar en el piso ni los supuestos terroristas se hicieron explotar junto a la escalera sino en una habitación interior. Antes de la explosión la policía tuvo rodeado el piso durante casi 7 horas, los supuestos terroristas esperaron a que la policía desalojara 8 bloques de pisos. El problema evidente del 11M es que no había suicidas, así que en una operación de servicios secretos hubo que inventárselos un mes después para cerrar las pesquisas del 11M, en este caso la muerte de aquel policía sería una muerte accidental que los organizadores del montaje no esperaban que se produjese.
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Significativamente también es el hecho de que los supuestos islamistas vivían casualmente pared con pared con el piso de un policía experto en lucha terrorista, como en escuchas y seguimientos; los terroristas habían ido justamente a alquilar un piso franco de la policía utilizado antes en otras operaciones contra el narcotráfico. Curiosamente también tanto la policía como los testigos declararon que durante minutos los terroristas hicieron ráfagas de disparos con subfusiles Sterling, pero después no se encontró ni un solo casquillo.
Para Fernando Múgica lo sucedido en el piso de Leganés se trataría de lo que en el argot se llama como un “cierre de archivo”, es decir, un montaje de las cloacas del estado para vender a la opinión pública que en ese piso aparecieron los terroristas de la masacre del 11M, que se hicieron explotar cuando la policía fue a por ellos, y así lo proclamaron los medios ante la opinión pública. Sin embargo, y ahora sorpréndase aún más, según la sentencia del Tribunal Supremo no se puede afirmar que aquellos 7 supuestos terroristas que supuestamente murieron en el piso de Leganés, hubieran participado en el atentado del 11M porque no se les ha juzgado, por tanto las víctimas quedaron imposibilitadas de reclamar jurídicamente por la vía civil a los herederos de aquellos 7 supuestos terroristas. Había aún un octavo supuesto terrorista, que según nos han contado “bajó a tirar la basura y se escapó corriendo entre el cordón policial”, cuando se le localizó dos años después se le juzgó y el Tribunal Supremo también sentenció que no tenía relación con el 11M por lo que se le condenó pero por otros asuntos.
Tras la explosión del piso de Leganés no se hizo la autopsia a los supuestos cadáveres de los terroristas, uno de los cuales apareció con los pantalones puestos del revés, ni tampoco está nada claro si aquellos restos humanos incompletos en muchos casos y sin huellas dactilares en otros, eran de quién nos dijeron que eran ni tan siquiera si realmente murieron en Leganés, porque en la sentencia no consta que nadie previamente les viera con vida. No sabemos si lo que ocurrió fue que se introdujo restos humanos de 7 cadáveres en el piso de Leganés para después hacerlo explotar.
Como dato curioso también podemos verificar que en el piso de Leganés, nos dijeron que aparecieron 21 libros coránicos en muy buen estado tras haber sufrido una explosión, pero el periodista Luis del Pino descubrió que 8 de los 21 libros eran chiíes, cuando los supuestos terroristas eran musulmanes suníes, y es sabido que los chiíes y suníes llevan 14 siglos persiguiéndose.
f) A lo largo del sumario del 11M se detuvo a 116 personas ante todas las TVs, mayoritariamente magrebíes, a las que después a la inmensa mayoría se les puso en libertad a las tres semanas, al final llegan a juicio 29, que en Primera Instancia se condenó a 21, algunos más tarde fueron liberado por el Tribunal Supremo y se quedaron en 18, de los que 5 sólo fueron condenados por penas leves, al final por el atentado del 11M se condenó sólo a 3 personas, Trashorras, El Gnaui y Zougam, llamativamente Trashorras era un confidente de la policía y los otros dos marroquíes no eran islamistas; los otros fueron condenados por otros delitos como falsificación o tráfico de explosivos. Y de los tres condenados sólo 1 fue considerado un autor material, Jamal Zougam, el único acusado de colocar las mochilas bomba, algo sorprendente si tenemos en cuenta que explotaron 13 bombas en los 4 trenes del atentado y que según el Tribunal Supremo no está demostrada la relación de los 7 supuestos terroristas que se suicidaron en el piso de Leganés con el 11M, con lo que podemos concluir que estamos ante una enorme falacia.
Más llamativo resulta si pensamos que el único condenado como autor material, lo fue en virtud al testimonio fundamental de dos testigos rumanas, y que más tarde el periódico El Mundo puso en evidencia su escasa fiabilidad, y ante el revuelo mediático, obligando a la justicia a juzgarlas por falso testimonio por si las dos testigos “pudieron confabularse con la finalidad de alcanzar ciertos beneficios personales y económicos faltando a la verdad en las manifestaciones que realizaron en la vista del juicio oral”. Finalmente la juez que estudió este asunto 10 años después afirmó que la versión de las testigos rumanas “es contradictoria y difícilmente creíble” pero que archivaba la causa para que todo quedase tal cual, a pesar que el único testimonio que justificó la condena a miles de años de cárcel a Jamal Zougam fue precisamente el de estas testigos rumanas.
g) El 13 de marzo, en pleno domingo de elecciones, un supuesto hombre con acento magrebí llamaba a Telemadrid para indicar que había depositado un vídeo en una papelera cerca de la mezquita de la M30, en el que después aparecieron tres supuestos terroristas de Al Qaeda, pero encapuchados al contrario de lo habitual, y reivindicando el atentado del 11M con estas palabras: “Declaramos nuestra responsabilidad de lo que ha ocurrido en Madrid, justo dos años y medio después de los atentados de Nueva York y Washington. Es una respuesta a vuestra colaboración con los criminales Bush y sus aliados”. Es fácilmente imaginable el impacto que este vídeo provocó, incendiando los ánimos en plenas elecciones.
CONCLUSIONES:
Hasta ahora hemos visto algunos datos extraídos de la sentencia judicial que no admiten discusión, pero para saber quiénes fueron los autores de este magnicidio sólo podemos entrar en hipótesis:
-Sabemos que todo lo que nos han contado es falso.
-El atentado podría ser de terroristas de la ETA u obra de servicios profesionales de inteligencia, pero no de unos delincuentes magrebíes de poca monta.
-No sabemos quiénes cometieron el 11M pero sí quiénes pusieron las pruebas falsas: las cloacas del estado español, de entre la policía y CNI.
-Sin embargo, el que la mochila que apareció en una comisaría de Vallecas tenga una composición diferente a las mochilas reales del atentado del 11M, hace pensar que si bien las cloacas del estado ponían pruebas falsas no fueron ellos los autores sino que dirigieron la atención hacia la autoría islamista.
-Al mismo tiempo no sabemos quién perpetró el atentado del 11M pero sí quién se benefició: el PSOE que contra todo pronóstico ganó las elecciones tres días después.
-Una primera hipótesis no descarta que fuera ETA, y que ante la magnitud del atentado y recriminados por PNV y PSOE sobre que le habían dado la mayoría absoluta al PP, callaran para que a continuación las cloacas del estado aledañas al PSOE se dedicaran a cambiar pruebas para incriminar a los islamistas, y acusar al gobierno, en vez de a los terroristas, por su relación con la Guerra de Irak en la que en realidad España no participó. No sería algo disparatado si pensamos que ETA había tratado de atentar en la navidad anterior con una maleta bomba en la estación de Chamartín, y tan sólo el 1 de marzo unos días anteriores al 11M, la Guardia Civil había detenido a una furgoneta que iba dirección a Madrid con 536 kilos de explosivos. La hipótesis de ETA explicaría la destrucción de la escena del crimen, sin embargo a día de hoy no tenemos pruebas para mirar en esta dirección, puesto que no se ha investigado el 11M de verdad.
-Una segunda hipótesis es que los autores hubiesen sido, los servicios secretos marroquíes, y las cloacas del estado próximas al PSOE, hubieran desviado la atención para evitar un enfrentamiento armado con Marruecos, y de paso para desbancar al PP.
-Una tercera hipótesis es que un poder fáctico y económico estuviese interesado en dar un golpe de estado, con la complicidad de las cloacas del estado.
-Una cuarta hipótesis es que fue una operación de los servicios secretos españoles, organizada meses antes, a pesar de la incongruencia de algunos hechos como la mochila de Vallecas.
Lo que sí podemos concluir es que lo más vergonzoso de estos años ha sido el silencio de los medios ante la mentira del 11M puesta de manifiesto en la sentencia judicial. Lo más vergonzoso del 11M es que no se ha investigado, y por supuesto, no se ha hecho justicia a las víctimas que murieron o quedaron gravemente heridas para cambiar a un gobierno, y que llevan años reclamando que se investigue y se haga justicia. Lo más vergonzoso ha sido también una clase política que se ha negado a que sepamos la verdad, y como en el caso del PP ha preferido pasar página. Así que si usted quiere profundizar en este escabroso asunto del 11M, le remito al largo trabajo de investigación de los periodistas aquí citados y a libros como, por ejemplo, Las cloacas del 11M.
He leído cuanto recoge Javier Giral Palasi. Uno de los investigadores sobre el 11-M, que menciona, Fernando Múgica, desgraciadamente muerto hace poco, fue, creo el primero en investigar las tremendas anomalías y falsedades de esa fecha infausta para España. Si no me equivoco, a los cuarenta días del suceso, habiendo entrado ya en sospecha de que el relato oficial era falso de cabo a rabo, comenzó su investigación. Veamos ahora que dijo, entre muchas cosas, después de cuatro años de iniciarla: «Fui razonablemente feliz, pero el 11-M me mató». Y no mucho tiempo antes de su muerte hizo una confidencia que ratifica la escandaloso falsedad y horroroso montaje de aquel acto criminal. Dijo, más o menos, a su confidente y está escrito, que un ministro del PSOE, le comentó que menos mal que no había traspasado el huevo de la serpiente en la investigación, que de haber llegado más al fondo no hubiera vivido ni veinticuatro horas. Pregunta, ¿la manta de silencio, pesada como una cordillera de granito, que se ha extendido sobre suceso tan trascendental para nuestra Patria tanto que vino a desnortarla,
desorientarla, intimidarla, rebajarla y a punto de ser destruida por las antiespañolas fuerzas que aprovecharon vilmente aquella gran tragedia, no va a ser removida nunca más para destapar la verdad?