VOTAR PP ES UNA MALA ELECCION. EL FIN DE UNA PESADILLA
Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
No escribo esto por una especial inquina al Partido Popular, ni soy de los que siempre intentan hacer leña del árbol caído, ni por supuesto es esta una posición sobrevenida por su historia reciente, no quiero ser de los que se alegran por los errores ajenos, porque mi negativa todo lo que suene a “populares”, sean aznaristas, rajoistas, da lo mismo, es bien conocida por quienes me hayan leído alguna vez. Creo que votar ese parrido, nacido de los restos de la primitiva UCD, fue durante tantos años un verdadero error. Una mala elección, habida cuenta los mimbres con que se construía el partido: Una ideología de “saco”, en donde se colaban toda clase de ideas, desde los conservadores más ortodoxos, los seudo progres abortistas, hasta los capitalistas más desbocados, por no citar a cuantos desde las filas del Partido Popular se sirvieron sutil o descaradamente en robar a mansalva (presuntamente), o como escalera para trepar mafiosamente en sus ambiciones personales.
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Como, según pienso, en ese partido, el PP había y hay una carencia total de principios- y aquí el Marx del cine, Groucho, viene al pelo: Si no te gustan los cambios por otros-, parece lógico que uno crea que ha sido una gran estafa para los españoles no solo de Valencia o Madrid, o en mi tierra murciana, sino de toda España. Los escándalos que desde mucho tiempo atrás están acosando al partido de Rajoy, es de tanta envergadura que difícilmente podrá superar el tremendo bache que se le presenta ahora. Para mí, independientemente de que otros hayan aprovechado la ultima pifia de la presidenta Cifuentes, en la comunidad de Madrid, -cosa que nosotros los falangistas lamentamos porque se trata únicamente de una ¡vendetta!, de dentro o de fuera y esto en política siempre es una actitud deleznable, el Parrido Popular ya ha cumplido su etapa (perdida por su comportamiento falaz) y como, en otra ocasión nuestro fundador José Antonio, dijera de la monarquía, ese partido caerá como cáscara vacía sin que nadie le eche una mano. Naturalmente estas palabras es una rememoración no literal de aquella frase falangista, pero el sentido es el mismo. El PP ya no puede seguir en el imaginario político de España. Necesitamos de veras una alternativa sería, neta y proletaria. Es decir, un partido que luche por la honestidad política, por una opción por los trabajadores y por una justicia que impida que gentes manchada por la sospecha o por los juzgados, permanezcan una legislatura más en nuestra nación.
