Por Fausto Heras Marcos
Ante la exhumación de los restos mortales de José Antonio. Jaleada como un hito memorable en la historia democrática española por los sabihondos habituales de pantallas y tabloides. Que demuestran bien ignorancia, bien mala intención o, probablemente, ambas cosas a la vez. Sólo cabe levantar la voz para desenmascarar su nula capacidad moral y cultural para referirse al fundador de Falange Española.
» Sólo desde el fondo viscoso de un pozo de mediocridad prepotente, pueden los enanos de esta hora permitirse el lujo de desmerecer la categoría humana e intelectual de José Antonio, relegándole al pudridero de la simplificación de su doctrina y del falseamiento de ésta.
» Que contemporáneos de José Antonio, adversarios ideológicamente, se hayan referido a él con el respeto y el reconocimiento que merecía —Madariaga, José Prats, Manuel Azaña, Rosa Chacel, Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset… y más recientemente hasta Jordi Pujol— debería avergonzar a los enanos actuales y obligarles a no salir del pozo de la viscosidad. Y no es cuestión de hacer un catálogo de las imprecisiones, olvidos, faltas de rigor informativo, simplificaciones facilonas y mentiras. Que en poco tiempo han vertido.
» Proclamo aquí y ahora que he adquirido mi concepto del Hombre, de España y del Mundo, desde el pensamiento y ejemplo vital de José Antonio sin volver la espalda a otras ideas que hayan enriquecido mi visión de esos conceptos, lo que me convierte en un “out sider” para los enanos, condición muy honrosa, por cierto.
» José Antonio, como decía Miguel de Unamuno, “nos ha legado a sí mismo, y un hombre vivo y eterno vale todas las teorías y filosofías”.
» ¿Alguien puede ofrecer algo parecido?»
Fausto Heras Marcos