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La hora falangista ha llegado

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La hora falangista ha llegado

Por Carlos de San Lázaro Campos

Nos encontramos en estos días el vivir ante la constante del temor y sobresalto por acción directa de este sistema y sus tentáculos de los cuales nos es imposible desprendernos. Hemos pasado de ser una minoría desplazada por nuestras ideas, las cuales consideradas como “negacionistas” y “conspirativas”, a observar cómo desde un tejido social tan variado ha cobrado exponencialmente la idea de rechazo a la monarquía, al sistema y, lo más loable, hacia la perversa agenda globalista 2030 que a pasos acelerados se está imponiendo.

Creo que el momento que vivimos es el más idóneo para dar un paso al frente con la confianza de que tendremos la aprobación de gran parte de la sociedad y, aunque no se atrevan a darnos públicamente su apoyo, es sabido que compartirán nuestra postura.

Hemos visto cómo desde la izquierda aparecen Frente Obrero y la asociación política Vanguardia Española que sin renunciar a su mentalidad marxista-leninista, han osado a criticar lo que el globalismo con su cultura progre “Woke”, que emana del sistema capitalista liberal y orquestado por los lobbys de poder significa. La izquierda de hoy, esa ideología antes con su retórica obrera, han abandonado sus principios. Ahora, que ante el río revuelto de una decadente constitución española y su sistema caduco han mostrado lo que en la práctica son los partidos políticos, he de reconocer que esta es nuestra oportunidad.

A las demás Falanges

Honra la presencia de ideales falangistas en el amplio espectro político tanto alejado del sistema como parte de él. La historia de nuestras siglas nos recuerda alguna aventura con algo de acierto como la que tuvo Fe de las Jons en el congreso, D. Blas Piñar, dentro de la coalición Unión Nacional. También mencionar a la participación en el juego democrático compitiendo en el mismo período de la transición bajo otras siglas y conservando unos principios “joseantonianos” o nacional-sindicalistas como lo fueron Unión del Pueblo Español (UDPE) , Democracia Social o Reforma Social Española, amén de formaciones netamente falangistas como los Círculos Doctrinales, FEI o Falange Española de las Jons (Auténtica), por citar algunos. Ahora pues, con el transcurso de los años, sigue figurando el nombre de Falange Española en un cierto número de partidos lo que da lugar a confusión y riña por la autenticidad compitiendo por quién representa mejor la continuidad del pensamiento de nuestro fundador, el eterno líder José Antonio Primo de Rivera. Es nuestra obligación de puertas adentro como a la opinión pública el respetar como válida la integridad falangista, compromiso y fidelidad a nuestros principios de una u otra formación pues son tan válidos los que disertan los líderes de FEJONS, La Falange, los cuales no incurren a ningún tipo de traición a lo que representan, como la perspectiva que desde la “auténtica” se arguye sobre el modelo de política que debe regirse a día de hoy. Puede cuestionarse o no, pero por ética y estilo Falangista, como le gustaría a José Antonio, debe primar la camaradería que se hace gala en nuestro juramento y apelar en caso de ser requerida a la unidad de toda la Falange sin más miramiento que cumplir con la llamada a la que se ha requerido contribuir.

Unidad de los Patriotas como patrón para alcanzar el objetivo

A estas alturas del revisionismo histórico dónde han llegado a conclusiones nunca antes puestas en duda, se hace de vital importancia el unificar voluntades dentro de las diferencias existentes en el panorama patriótico. Un primer punto ha de dejarse claro que Falange no es “racista antiblanco” que tanto se nos acusa ante la perplejidad de más de un camarada. Acusarnos de no ser “racistas“ porque sólo nos preocupa que sean católicos los que llegados por obra de la inmigración traspasan nuestras fronteras.

En primer lugar, aconsejo leer nuestro programa político al respecto del apartado que se le dedica a la inmigración. En segundo lugar, no hay mayor falacia con signos de maldad que acribillar con total menosprecio hacia nuestro movimiento porque de ninguna manera Falange Española de las Jons, ni La Falange, vamos a consentir que España sea colonizada por un crisol de religiones, actitudes e intenciones con menoscabo de perder nuestra cultura cristiana o nuestra identidad. En caso de Iberoamérica, obviamente, desde nuestra formación sentimos simpatía por los países que nos une la cultura, pero jamás apoyaremos este tipo de inmigración impuesta por ese pervertido sistema que importa por orden de EEUU (así cómo algún tipo de organismo) lo peor de cada casa. Si primero está subsanar el problema de la natalidad, que sabemos no entra en los planes de ningún partido político, no cabe otra cosa que frontalmente nos pongamos en contra a esos planes migratorios si van a significar un agravio hacia nuestra patria. Nuestra Patria es España y no podemos hablar de ”raza blanca europea” sí por ningún lado se menciona a España. Además, creo recordar, que en los movimientos Nacionalistas de hoy día hay muchos con afinidades al sionismo y los que no tienen nada en común con Israel sólo parecen fijar su atención en el concepto de la raza y no en su extensa doctrina NS. Hoy más que nunca si te mueves por los caminos intransigentes al sistema y, con fervor patriota, no puedes pisotear a quién por un mínimo que coincidamos en algún planteamiento trates de humillar.

Un paso adelante, la primera línea te llama

Es nuestra oportunidad puesto que por amor propio y amor a nuestros principios como falangistas no podemos admirar a ningún otro movimiento por muy revolucionario que aparente ser y muy en la línea nuestra que camine, pues nosotros, debemos encarnar con la fe y vigorosa actitud el paso al frente que demandamos la militancia y la mayoría de los que se dicen llamar patriotas. Debemos elevar nuestro patriotismo hacia cotas que no quepa duda de nuestro compromiso. Hemos de elevar hacia lo más alto y sin vacilación la Justicia Social que la sociedad demanda. Nadie podrá llamarnos reaccionarios (nunca lo fuimos) si nos hacemos más visibles ante los ojos de campesinos y proletarios. Si a lo de Patria se refiere, debemos encadenarnos a la cruz frente a las excavadoras, que por órdenes de la política pretenden destruir. Plantar con nuestra presencia física una oposición férrea cuando se pretenda socavar con alguna ley injusta un monumento u obra heredada por las generaciones que nos precedieron y no sólo a lo material sino a todo aquello que los políticos con su ley atenten a la Patria y a la Justicia. En cuanto al obrero no cabe duda alguna que nos preocupa y, por tanto, los Falangistas debemos acudir al lugar donde se nos necesite aun no siendo reclamados. Hemos de estar los Falangistas evitando los desahucios, las huelgas y toda acción directa que perjudique a la dignidad del obrero y por ende su familia.

Es el momento de La Falange, es el momento en que ahora debemos dar la cara ante la sociedad cabeza bien alta con espíritu revolucionario. Será así y de esta manera la que nada ni nadie nos podrá echar nada en cara.

Nos critican porque el sistema es muy inteligente, además de que el haber cultivado durante décadas a una sociedad dócil y pacifista, hoy vemos los resultados y por tanto no es el momento de dar explicaciones de la doctrina, más bien, a ponerla en práctica con nuestros recursos y nuestras acciones a pie de calle. Estoy seguro de que sí algún joven o no tan joven se atreve a cruzar el umbral que nos separa de cualquier partido político al uso, sentirá la admiración y nobleza por nuestro movimiento, porque no hay otro que mantenga viva una doctrina guardando lo añejo y la camaradería por imperativo moral y con la misma fe y entusiasmo que hace 90 años.

Creo que deberíamos mantener nuestro saludo y uniformidad falangista para honrarlo en actos privados (como se viene haciendo) y mostrar a la sociedad nuestra nobleza, ética y estilo Falangista que nos precede. No demos al enemigo argumento alguno para que nos denigre.

Y por este motivo he de insistir que ningún falangista se siente inferior por el avance de otras formaciones antagónicas a las nuestras por un discurso similar pues de hacerlo incurrimos en un complejo y traición hacia nuestros ideales. Le debemos lealtad a nuestro Jefe Nacional Manuel Andrino con la única recompensa de nuestro compromiso, con la confianza de que su entrega y tesón a lo largo de su eterna militancia en Falange Española de Las Jons y luego en La Falange han servido para algo. También contar con el otro Jefe Nacional Norberto Pico que en la actualidad las relaciones son satisfactorias, hemos de demostrar a ambos que Falange española de las Jons no es un reducto de nostálgicos del pasado porque el mensaje de nuestros fundadores, la persona de nuestro inmortal José Antonio, Ramiro Ledesma, Onésimo Redondo o Manuel Hedilla entre otros, siguen más presentes que nunca.

Somos la verdadera alternativa al sistema, un movimiento que ha servido de inspiración a los movimientos nacionales y Tercer Posicionistas de Iberoamérica, hemos dejado huella en Asia y en África donde aún se sigue admirando a José Antonio y tomando como ejemplo nuestro Nacional Sindicalismo. Además tienes que ver la información relacionada –Falange Española celebra su noventa aniversario con un acto de unidad falangista-.

La hora falangista ha llegado

Nos queda alimentarnos de nuestra doctrina tomando ejemplo de lo que motivó la creación de nuestro movimiento pues mientras exista el capitalismo y la demagogia liberal, tendremos vigencia.

Finalizo con un llamamiento recordando al fundador de las Jons, Ramiro Ledesma, con una acertada cita suya. Creo que se lo debemos a ellos.

“No hay ni puede haber tragedia comparable a la de un pueblo que asiste a la desaparición histórica de su propia Patria. Y porque la balcanización de España supondría la esclavitud política y económica del pueblo por los vecinos más fuertes”, Ramiro Ledesma Ramos.

Camaradas… ¡¡Arriba España!!

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