Roberto Centeno se pasea estos días por los platós de radio y televisión bajo el título de “asesor de Donald Trump en España”, “hombre de Trump en España” o incluso “consultor de la campaña en España”. Nada más recibirnos en su casa de Madrid, se apresura a corregir el malentendido. “En realidad solo he colaborado en la campaña de Trump como voluntario. El resto son exageraciones”, dice.
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El Confidencial / Su papel, detalla, se ha limitado a redactar un par de folios con sugerencias para definir la estrategia de captación del voto hispano, un documento con consideraciones generales sobre el voto latino que nos permite consultar eliminando algunos párrafos que contienen “anotaciones personales”. En ese contexto, y de la mano de viejos amigos, ha viajado un par de veces a Nueva York para visitar el cuartel general del candidato republicano e intercambiar impresiones con sus seguidores. —El Papa Francisco está loco; Donald Trump, ya veremos—
Economista, ingeniero, ex director de Enagás, ex consejero delegado de CAMPSA, catedrático de la Escuela de Minas y habitual comentarista en medios de comunicación (incluido El Confidencial), cree que Trump abrirá una nueva etapa histórica que reportará grandes beneficios tanto a EEUU como a España. “Aunque ahora están horrorizados con el tratamiento que se ha hecho en la prensa española, en términos generales va a ser beneficioso”, dice.
“Estoy plenamente identificado, desde el principio, con los puntos esenciales del programa”. “Estoy plenamente identificado, desde el principio, con los puntos esenciales del programa”. —Las Siete propuestas de Donald Trump que Pablo Iglesias firmaría mañana—
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Conoce de memoria el programa del nuevo presidente a quien, admite, nunca ha tenido ocasión de saludar en persona. “Estoy plenamente identificado, desde el principio, con los puntos esenciales del programa”. Destaca la apuesta por la energía fósil, el repliegue de tropas y una política fiscal que promete bajar los impuestos y que supondría “un reparto más justo de la riqueza creada (…) Va a ser una repetición del New Deal de Franklin D. Roosevelt de los años treinta para salir de la Gran Depresión”, vaticina.
Su discurso, sembrado de hipérboles, recuerda al de algunas de las caras visibles del entorno del magnate. Gente que, como la periodista Ann Coulter o el senador de Alabama, Jeff Sessions, vivían en los márgenes del periodismo y la política estadounidense hasta ayer: voces arrinconadas en posiciones marginales que, de golpe, han pasado a protagonizar el debate y a tomar las riendas de la primera potencia mundial.
“Trump traerá grandes inversiones en infraestructuras para impulsar el crecimiento y el empleo. A eso se añadirán fuertes bajadas de impuestos que en el caso de la clase media y trabajadora van a llegar al 20%, lo que significa una presión fiscal de menos de la mitad que en España. Además, suprimirá los impuestos federales que afectan a los 73 millones de hogares más modestos. Esto, al incrementar la renta disponible de las familias, elevará el consumo. La combinación de incremento de la inversión pública y subida del consumo privado permitirá elevar el crecimiento al doble del actual”, asegura. —Donald Trump ya tiene a su primera enemiga en España: “Nos tendrá enfrente”—
El diario ‘The New York Times’ necesitó varias páginas para recopilar las 282 personas, lugares y cosas a las que Trump insultó durante su campaña, un registro –el del chorreo– en el que Centeno también se mueve con bastante comodidad. “Numerosos comentaristas, bien por sectarismo o bien por pura ignorancia, afirman sin sonrojarse que (en el programa republicano) no cuadran las cuentas. Sin embargo, las cuentas cuadran perfectamente».
Y continúa. «Si se molestaran en sumar, cosa que no hacen, verían que la reducción del gasto militar que asciende a 600.000 millones de euros, cerrando la mayor parte de bases en el exterior, obligando a los países de la OTAN a aportar lo que les toca (un 2% de su PIB) y reduciendo por ello drásticamente la participación actual de EEUU, cesando en la política intervencionista que ha caracterizado los gobiernos anteriores, obligando a las grandes multinacionales norteamericanas a tributar en su territorio y no en paraísos fiscales como hacen hoy, aumentando significativamente los impuestos a los ‘hedge-funds’, liquidando sus propios paraísos fiscales como Delaware o Nevada y aprovechando el gigantesco ahorro que supondrá abandonar la lucha contra el cambio climático, que es evidente que es una enorme mentira”.
En el discurso de Centeno, embarcado en una batalla quijotesca para lograr que la Unión Europea audite las cuentas de España, brotan como flores silvestres las críticas al Gobierno de Mariano Rajoy y su política económica. “A Trump las cuentas le cuadran perfectamente, no como las de Rajoy que en cuatro años todos sus presupuestos han sido ciencia ficción. Aunque hay que decir que nada comparable a los que enviarán a Bruselas próximamente, aunque esta vez – al menos hasta donde yo sé– van a tener difícil que Moscovici y compañía se traguen la colección de patrañas que están convencidos van a enviarles. A los inversores internacionales, que ni son sectarios ni muchos menos ignorantes como los charlistas patrios, sí les cuadran las cuentas americanas y han llevado el Dow Jones a máximos».
Centeno cree que Trump será una bendición para muchas empresas españolas. «Van a salir extraordinariamente beneficiadas. Por dos razones. Primero, por el plan de infraestructuras, que premiará a las constructoras, especialmente a ACS, Ferrovial y OHL, muy implantadas en EEUU, tanto que hoy son las tres grandes empresas de infraestructuras allí. Y segundo, porque la bajada de impuestos va a incrementar el gasto de las familias y las exportaciones agroalimentarias españolas se pueden ver muy favorecidas. Para España será una maravilla. Bueno, no para ti y para mí, pero sí para muchas empresas. Y Florentino Pérez es el gran ganador de esto», dice.
De todo el amplio catálogo de Trump, hay una sola promesa que Centeno considera absurda e irrealizable. «Lo del muro es una tontería. En realidad, la idea es que los inmigrantes se comprometan con los valores de los EEUU, algo que allí es muy serio. Van a hacer un control muy grande de la inmigración para que EEUU no se convierta en México, como va a pasar si no se le pone freno». Aunque esta es una idea muy repetida durante la campaña de Trump, la realidad es que desde hace ya algún tiempo el saldo migratorio de México hacia EEUU está en números negativos. En este informe, el Pew Research Center explica que hoy se van más mexicanos de los que llegan (no ocurre lo mismo con centroamericanos, asiáticos, etcétera).
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Centeno defiende la política migratoria de Trump asegurando que «los que están ya dentro, los latinos y los negros, pueden estar tranquilos porque los van a proteger. Y es curioso porque me dicen que en Europa lo tenemos peor todavía porque allí van mexicanos pero aquí lo que vienen son musulmanes, que son mucho peores. En Bruselas vas por la calle y hay mujeres con velo, que parece que estás en El Cairo», razona.
El mayor entusiasta de Trump en España se atreve también con las quinielas y, tras consultar «al otro lado del Atlántico» con los partidarios del nuevo presidente, lanza la suya. «Me dicen personas cercanas al tema que Trump es una persona extremadamente orgullosa, en el lado positivo que representa esta palabra, y no esta dispuesto a fracasar como presidente. Así que está barajando un gobierno de los mejores. Gente de primera»
Para para secretario del Tesoro, dice, quieren nombrar a Jamie Dimon, el presidente de JPMorgan. «La única duda es que acepte, ya que pasaría de ganar 30 o 40 millones de dólares a menos de 500.000. Steven Mnuchin, un histórico de Goldman Sachs es el ‘second best’. Luego están el exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, casi un fijo para fiscal general o secretario de Seguridad Nacional, un peso pesado indiscutible». Y continúa la lista: Ben Carson (médico afroamericano que fue precandidato republicano); Victoria Lipnic, Harold Hamm y el general Michael Flynn.