Por Eduardo López Pascual para elmunicipio.es
La verdad es que no me gusta escribir diatriba alguna sobre nadie y menos aún si esa persona tiene el beneplácito de miles de lectores por la calidad de sus escritos, sus novelas o su posición en una Academia Española de la Lengua como hoy, lo es el escritor cartagenero Arturo Pérez Reverte. Sin embargo, ante las muestras de su falangefobias, o sea, odio a la Falange, que ha expresado en dos o tres artículos publicados en el Semanal de ABC, y en alguna entrevista, sin que haya rectificado nada, por la falsificación que hace del hecho falangista, no me queda otra salida que denunciar públicamente su mentira, y su evidente desprecio por la auténtica Historia.
Se permite el académico, aunque ya no sé si merece ocupar un sillón en esa institución a la vista de sus desvaríos, de acusar a Falange de fascista, que lo repite cada vez que puede, o de descalificar al partido fundado por José Antonio Primo de Rivera de estar formados por señoritos y gente burguesa sin tener en cuenta los datos objetivos de la Historia o, y esto me parece más grave, cuando tacha de pistoleros a los camaradas de la primera hora, así, sin más argumento que una perversa ignorancia de lo que fue aquella realidad política y social de los años treinta en España.
Parece mentira que un personaje de la talla mediática de Arturo Pérez Reverte, haya caído tan bajo en ese desconocimiento de que hace gala en esos escritos aparecidos, o de afirmaciones tan manidas como que Lorca fue asesinado por falangistas, tesis que ya no sostienen ni los más conspíscuos enemigo de la Falange- O qué decir de esa frase perversa de que es lo mismo el pistolero que asesinó a Muñoz Seca que el que mató a Lorca, con lo que muestra otra vez su obsesión, eso sí, sin un solo dato que avale su discurso seguramente dejado a un sospechoso olfato político. Todo un escrache literario contra la Falange de José Antonio.
Sería fácil rebatir punto por punto la falsedad de su discursos, por otra parte ya magníficamente expuestas por el historiador y especialista en temas azules José María García Tuñón de Aza, y naturalmente por diversos intelectuales nacionales y extranjeros –Gibson, Thomas, Togores, Cotta, etc.-, así como las muchos mensaje que se le han remitido por las Redes, expresando su rotunda crítica a sus melífluas opiniones: pero creo que no merece la pena enfadarse – aunque sí descubrir su torpe historicidad-, con un señor que no atiende a los hechos reales sino solo a sus maniqueas convicciones, impropias de quien ostenta títulos y currículo como escritor.
En este sentido, ahora nos enteramos de su nueva amenaza literaria-política con el título de “Falcó”, obra que le sirve de sustento para volver a denigrar a los falangistas en un texto que cuenta una posible liberación de José Antonio (por cierto, una historia que yo la conté en mi novela “Libre”, publicada en el año 2000, con depós. Legal MU-1988), aunque desde luego con otro matiz muy diferente. Pero estamos acostumbrados a esta distorsión hecha adrede. No importa, solo que nos entristece que Pérez Reverte se sume a esa corte de ignorantes o lo que es peor, de gente con el discurso políticamente correcto, que se empeñan en traicionar a las ideas, y a la historia. Con escritores así, mal, muy mal, acabará la verdad. La pregunta que nos viene entonces, es simple: ¿Qué´razones tiene este escritor para insultar así a los falangistas?. ¿tendrá algún síntoma oculto de paranoia?.
Leer más artículos del autor
—SABE EL PUEBLO ESPAÑOL QUE QUIERE EL NACIONAL SINDICALISMO—
—Elecciones a la vista, ¿Qué hacen los líderes falangistas?—
Me temo que sí, por mucho que él, desde su sitial académico, procure parecer dar lecciones de exquisita equidistancia, o propuestas de amable convivencia entre unos y otros. Desde luego, y sin acritud, le digo que personalmente esperaba de su categoría profesional un análisis más inteligente y más justo. Pero así está el patio de mojado. Y sobre todo, que fuera más audaz y saliera del camino trillado.
Eduardo, lo que acredita este escritor, por otro lado admirable por su valentía con la pluma en algunos asuntos, es que escribe de oído lo que no beneficia acredita su talla como riguroso intelectual.
Qué menos que tomarse la molestia de leer, conocer e investigar sobre el asunto del que escribe. De paso, no deshonraría a miles de jóvenes españoles que murieron con una camisa azul por una España mejor y más justa.
A veces creo que es un poco chulo; pero no lo diré por si me equivoco, como él hace desconociendo de lo que escribe.